30 de septiembre de 2010

Estructura y vida.


La antropología no se cansa de mostrar que otras "formas de vida" existen y están existiendo mientras nosotros percibimos tibiamente el mundo social. Una "nueva forma de vida" está ligada al acontecimiento como expresión de emergencia. Políticamente es fundamental sostener que a pesar de que las estructuras predominan, se apropian y distribuyen significados, usos y control de todos los ámbitos de existencia social (Quijano; 2000) la teoría a dejado poco y nada para el acontecimiento, ya sea como expresión de novedad o articulación histórica de nuevos conjuntos, discursos o ámbitos de percepción. Bourdieu puso gran énfasis en la elaboración y predominio simbólico de la estructura, pero junto con ello elaboró nociones de rescate de la práctica, asociada a conceptos complejos como el Habitus y el Campo. Se defendió ante las críticas de absolutismo estructural que en su libro sobre la educación impedia ver las intituciones de aculturación estatal (escuelas, liceos) como vehículos de modificación estructural de la sociedad diciendo que la "reprodución, no implica de ninguna manera ausencia de resistencia, de cambio, de distorsión, sino permanencia de una estructura de diferencia y de distancias", ligada al conjunto de conceptos como clase, genración, etnia, género, etc. Godelier creía que en la palabra y el encuentro corporal estaba el secreto de los procesos de dominación donde el cuerpo sufría contracciones físicas que la subjetividad incorporada históricamente hacía funcionar.

Lo anterior quizá se deba a que el proceso de dominación basa su poder de control y sumisión en la incapacidad general de las clases subalternas por alcanzar el conjunto de íconos e imagenes ideales que por definición son ocupadas por una minoría de agentes del espacio social. Foucault, confeso de su homosexualismo en los años finales de su vida, intentó abordar la forma que estaban adoptando las subjetividades modernas, junto con eso encaró la posibilidad siempre abordable de conformar nuevas formas de vida, nuevos modos de existencia que en su realización material hacían emerger un universo significativo que permitía desligarnos del sistema social del poder. La droga, la homosexualidad (masculina, femenina) las performance del género, las lecturas, la acción como una forma que se despega de los esquemas tradicionales de la estructura que definen lo prohibido y permitido, lo posible e imposible... en resumen lo que uno debe y puede hacer en virtud de su posición social, junto a él otros autores menos conocidos, preocupados de los modos de existecia subalternos fuertemente estigmatizados tratan de enfrentar los problemas derivados de las relaciones de fuerza tradicionales, describiendo y elaborando una gran cantidad de escritos que pueden servir para entender que la antropología junto con ser una ciencia social puede mostrar y fomentar un uso social de sus conocimientos para transformar los procesos sociales, sin pretender una autoridad de dirigencia, ni menos de estrategía y organización... esa es pega de los pretendidos representantes políticos del territorio (los partidos). Mejor es formar parte del movimiento.

Recomiendo el siguiente libro en razón del contexto conocido por todos, por el cual el pueblo mapuche constituye el malestar de la clase hegemónica en este glorioso bicentenario y en línea con la posibilidad de establecer nuevas formas de vida política.

http://caosmosis.acracia.net/wp-content/uploads/2009/08/autonomias-y-emancipaciones_america-latina-en_movimiento.pdf

pd: opinar es gratis (incluye el todo vale).

27 de septiembre de 2010

Loco...



"Yo conozco mi destino. Un día mi nombre irá unido a algo formidable: el recuerdo de una crisis como jamás la ha habido en la tierra, el recuerdo de la más profunda colisión de conciencia, el recuerdo de un juicio pronunciado contra todo lo que hasta el presente se ha creído, se ha exigido, se ha santificado. Yo no soy un hombre: yo soy dinamita. Y a pesar de esto, estoy muy lejos de ser un fundador de religiones. Las religiones son cosa de la plebe. Tengo necesidad de lavarme las manos, después de haber estado en contacto con hombres religiosos... Yo no quiero “creyentes”; creo que soy demasiado maligno para creer en mí mismo. Yo no hablo jamás a las masas... Tengo un miedo espantoso de que algún día se me declare santo. Se adivinará la razón por la que yo publico este libro antes, tiende a evitar que se cometan abusos conmigo. Yo no quiero ser tomado por un santo; preferiría que se me tomara por un bufón... Quizá soy un bufón... Y a pesar de esto –o mejor, no a pesar de esto, pues hasta ahora no hay nada más embustero que un santo–, a pesar de esto, la verdad habla en mí. Pero mi verdad es t e r r i b l e, pues hasta el presente, lo que ha sido llamado verdad es la mentira. -Transmutación de todos los valores: he aquí mi fórmula para un acto de suprema autognosis de la humanidad, acto que en mí se ha hecho carne y genio. Mi destino ha querido que yo fuera el primer hombre decente; ha querido que yo me ponga en contradicción con miles de años. Yo fui el primero en descubrir la verdad, por el hecho de que yo fui el primero en sentir -en oler- la mentira como mentira... Mi genio se encuentra en mis narices. Yo contradigo como jamás se ha contradicho, y, sin embargo, soy lo contrario de un espíritu que dice no. Yo soy un alegre mensajero como no lo ha habido nunca, y conozco tareas que son de tal altura, que el concepto ha faltado hasta el presente. Sólo a partir de mí existen de nuevo esperanzas. Con todo esto, yo soy también necesariamente el hombre de la fatalidad. Pues cuando la verdad entra en lucha con la mentira milenaria tendremos conmociones como jamás las hubo, una convulsión de temblores de tierra, un desplazamiento de montañas y de valles, tales como nunca se han soñado. La idea política quedará entonces completamente absorbida por la lucha de los espíritus. Todas las combinaciones de poderes de la vieja sociedad habrán saltado por los aires, porque todas estaban basadas en la mentira. Habrá guerras como jamás las hubo en la tierra. Solamente a partir de mí existe en el mundo la gran política."

Friedrich Wilhelm Nietzsche

22 de septiembre de 2010

Toño Gramsci (1891-1937)


"Tenemos que impedir que este cerebro funcione durante veinte años"
Fiscal italiano en juicio contra Antonio Gramsci.
Condena: 20 años, 4 meses y 5 días (5 guindas).


Comienzo a leer el pensamiento de Antonio Gramsci en sus famosos "cuadernos de la cárcel", conjunto de pensamientos elaborados durante su larga estadia.

Quisiera mencionar tan sólo un par de cosas con respecto a Gramsci y ciertos conceptos que me parecen de plano bastante limitados (del campo) y que en la antropología contemporánea no se para de repetir de manera asfixiante. El famoso concepto de cultura como un conjunto público de principios de orientación de la conducta y códigos significativos que actúan como pautas estructuradas para la acción, etc. etc. no hay por que repetir el memo que ya todo aquel que conozca un poco del campo sabrá completar. Sólo decir que tras todo el esqueleto o esquema supraorgánico o la erudita elaboración que Niklas Luhmman postula bajo el concepto abstracto (casi insoportablemente abstracto) de sistema se superponen ciertos principios y circuitos sobre las formas de vida que para mí no dejan de ser ciertamente reaccionarios. Está bien que tanto los testigos de Luhmman como los funcionarios de la cultura (antropólogos, sin ironía alguna) tengan esa imperiosa necesidad por sostenerse en el abismo con un conjunto más menos amplio, más menos elaborado de conceptos fundamentales, pero yo aquí estoy con Gramsci, con Marx, con Nietzsche, con Foucault o con Deleuze... no aplastemos la infinita e inmensa pluridimensionalidad de las relaciones concretas, históricas y/o inmanentes del fluir cotidiano con fantasmas que presionan por todas partes la nuevas formas de vida. Esto como invitación a un buen libro de Kate Crehan, titulado Gramsci, Cultura y Antropología donde el concepto de cultura aparece bastante lejos de las formas antropológicas de enclaustramiento tradicionales. Un poco de aire fresco no hace mal a nadie.

17 de septiembre de 2010

Matrioska

Hay veces en que las personas de la Tevé, al verse en una posición comunicativa-social privilegiada, donde sus opiniones se presentan a sí mismas como los hechos irrefutables, y se legitiman por lo tanto como la realidad misma, caen bajo una arrogante ceguera ideológica disfrazada de objetividad periodística (o sociológica para el chascón pedante de esta pandilla). Pero en este caso, hace algunos domingos para algunos panelistas del programa Tolerancia Cero de Chilevisión (el video está posteado más abajo), el tema les quedó grande. Como poncho. Se acostumbraron a conversar con personajes su misma especie, con los mismos recursos  discursivos y un "sentido común"  bien común pertenecientes a los lugares comunes. Pero en lo que se refiere al denominado conflicto mapuche (en realidad, la mayoría de los conflictos sociales y culturales tienen su genésis y apocalipsis en el estado, pero bueno) se toparon con una campo de análisis nuevo, y les dio miedo cruzar ese campo: la generalización descontextualizada chocó con la particularidad del contexto, y ante ello, ante el temor a lo des-conocido (y por lo tanto peligroso, y si son ideas-otras más aún) no cabe más que negar, ironizar y negar nuevamente. La honestidad de reconocer  la propia ignorancia parcial (tampoco son tan tontos) o ciertos sesgos y errores cometidos en un análisis no parecen ser aquí un ingrediente del debate. No. Aquí se viene a meter a la fuerza los datos del invitado al análisis del anfitrión-opinólogo. Todo tiene que encajar. Y si no lo hace, pues algo malo hay en el invitado. No puede ser de otra forma. Ellos encarnan la realidad. Y punto.

Lo interesante del episodio, es que ejemplifica cual es el obstáculo en el que radica el abordar el conflicto mapuche, ya sea desde lo jurídico, lo moral, lo científico o lo que sea: el no entender que los fenómenos sociales ante todo son históricos, particulares, locales, coyunturales. De lo que se desprende que su análisis debería ir en la misma línea, o por lo menos considerándolos como parte de los principales factores. Y quizás en estas características de lo social radica las tendencias a la descolonización y autonomía de los distintos pueblos del mundo desde la caída del Antiguo Régimen (que mejor que estas fechas como recordatorio). Porque así como las sociedades que aún siguen encerradas en la soberanía de los estado-nación, hasta la última muñeca de la matrioska querría ser libre y dejar de estar contenida e invisibilizada en las otras: solo quiere ser ella misma, independiente e igual a las otras. Por lo tanto diagnosticar desde las torres de vigilancia del Estado (la mayúscula no es casual; es el monstruo bíblico por excelencia, naturalizado y naturalizador) con herramientas de análisis adaptadas para la auto-referencialidad es un absurdo.La muñeca grande de la estado-matrioska naturaliza su contenido y generaliza sus problemas en tanto ella misma y a la amenaza a su propia reproducción, jamás como síntomas particulares y contextualizados a las muñecas que contiene y que buscan salir. Pero bueno, hasta esta metáfora le sacaría una carcajada rabiosa al "realista" de Villegas. "Las matrioskas abundan en casas de reaccionarios" sería probablemente su elusiva sentencia.

En fin, esperemos que  persista el debate sincero para la acción emancipadora y no el prejuicio dogmático institucionalizado para la conservación represora.

Aquí el video en cuestión para que revise y de paso entienda algo de lo quize decir. Y si tiene una matrioska en casa... ¡desármela desde ya!

Salud.

2 de septiembre de 2010

en éxtasis.



"No sentimos inclinación por algo porque consideremos que es bueno, sino que consideramos que es bueno porque sentimos inclinación por él"

Ética, III, 9. Spinoza