30 de septiembre de 2011

Cambiar la percepción.

"Rompiendo el Tabú" es un documental brasileño que muestra la necesidad de iniciar un proceso serio de descriminalización de la droga, mediante un cambio en las nociones históricas que han construido a la droga como fuente única de enfermedad, descontrol y delincuencia. Una crítica a la criminalización comunicativa de las drogas articuladas por las agencias de poder estatal y su fracaso.

Ver --> http://terratv.terra.cl/entretenimiento/cine-y-tv/peliculas/4611-333416/rompiendo-el-tabu.htm

11 de septiembre de 2011

fiestas patrias.

 Así pues, con un espíritu antropológico propongo la definición siguiente de la nación: una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana.


 Es imaginada porque aun los miembros de la nación   más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión. Renan se refirió a esta imagen, en su estilo afablemente ambiguo, cuando escribió: “Or l'essence d'une nation est que tous les individus aient beaucoup de choses en commun, et aussi que tous aient oublié bien des choses.” Con cierta ferocidad, Gellner hace una observación semejante cuando sostiene que el “nacionalismo no es el despertar de las naciones a la autoconciencia: inventa naciones donde no existen”. Sin embargo, lo malo de esta formulación es que Gellner está tan ansioso por demostrar que el nacionalismo se disfraza con falsas pretensiones que equipara la “invención” a la “fabricación” y la “falsedad”, antes que a la “imaginación” y la “creación”. En esta forma, da a entender que existen comunidades “verdaderas” que pueden yuxtaponerse con ventaja a las naciones. De hecho, todas las comunidades mayores que las aldeas primordiales de contacto directo (y quizá incluso éstas) son imaginadas. Las comunidades no deben distinguirse por su falsedad o legitimidad, sino por el estilo con el que son imaginadas. Los aldeanos javaneses han sabido siempre que están conectados con personas que jamás han visto, pero esos lazos fueron imaginados alguna vez de manera particularísima, como redes infinitamente extensas de parentesco y clientela. Hasta hace muy poco tiempo, el idioma javanés no tenía ninguna palabra que significara la abstracción “sociedad”. Ahora podemos pensar en la aristocracia francesa del ancien régime como una clase; pero es seguro que sólo mucho tiempo después fue imaginada como tal. La respuesta normal a esta pregunta: “Quién es el conde de X?” no habría sido “un miembro de la aristocracia”, sino “el señor de X”, “el tío del barón de Y”, o “un cliente del duque de Z”.    
 
 Limitada porque incluso la mayor de ellas, que alberga tal vez a mil millones de seres humanos vivos, tiene fronteras finitas, aunque elásticas, más allá de las cuales se encuentran otras naciones. Ninguna nación se imagina con las dimensiones de la humanidad. Los nacionalistas más mesiánicos no sueñan con que habrá un día en que todos los miembros de la humanidad se unirán a su nación, como en ciertas épocas pudieron pensar los cristianos, por ejemplo, en un planeta enteramente cristiano.
La nación se imagina


Se imagina soberana porque el concepto nació en una época en que la Ilustración y la Revolución estaban destruyendo la legitimidad del reino dinástico jerárquico, divinamente ordenado. Habiendo llegado a la madurez en una etapa de la historia humana en la que incluso los más devotos fieles de cualquier religión universal afrontaban sin poder evitarlo el pluralismo vivo de tales religiones y el alomorfismo entre las pretensiones ontológicas de cada fe y la extensión territorial, las naciones sueñan con ser libres y con serlo directamente en el reinado de Dios. La garantía y el emblema de esta libertad es el Estado soberano.

Por último, se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la explotación que en efecto puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como un compañerismo profundo, horizontal. En última instancia, es esta fraternidad la que ha permitido, durante los últimos dos siglos, que tantos millones de personas maten y, sobre todo, estén dispuestas a morir por imaginaciones tan limitadas.

Texto: Benedict Anderson, comunidades imaginadas, introducción (fragmento).                                             

6 de septiembre de 2011

No se puede vivir del amor.

"El amor ha sido siempre el medio por el cual la libido alcanza otra cosa que la persona amada, a saber: todo un corte del campo social-histórico".     G.D.



Iniciar el PC, encender la TV, salir a la calle, son tres formas de acceder al flujo de la comunicación y sus significados sobre el conjunto de la experiencia. La densidad de información es tal que la antropología echa mano al concepto de símbolo para hacer visible lo invisible, los significados públicamente en circulación que afectan a los cuerpos y que tienen la capacidad de reunir microsignificados dispersos y condensar su sentido mediante una generalización, los símbolos como estructuras de significación son los que tarde o temprano le dan una trayectoria a la experiencia y permiten entender a la cultura como un sistema.


Lo importante de seguir aquí es que “la política es uno de los principales escenarios en que se desenvuelven públicamente estas estructuras” (Geertz, 1997: 264). La política no como lo político institucionalizado (partidos + congreso + ejecutivo), sino como lo que demanda una acción inmediata de lucha frente a lo estructurado. Los movimientos son actores sociales que perturban las instituciones precisamente porque no respetan las reglas y los códigos que regulan lo institucionalizado y sus rituales de reproducción, que son siempre medios de integración social a la vez que instrumentos a través de los cuales se perpetúan los intereses dominantes (Melucci, 1995: 5).

Generan prácticas nuevas que no reconocen la tradicional competencia política y que abandonan la racionalización guiada por la dirigencia, para poner en juego nuevas formas de participación y de burocratización.

La sociedad la leemos acá como un campo de lucha sistemática en torno a los significados que al ser públicos y transmitidos mediante comunicación reiterada, son capaces de regular la conducta y práctica de todos los participantes del proceso de comunicación, lamentablemente a un costo demasiado alto en el cual una gran mayoría se ve obligada a abandonar búsquedas individuales debido a que todo ha sido previamente dado e institucionalizado en formas reconocidas. La transgresión tiene un alto costo comunicativo y por lo general nunca escapan al sentido común, que dispone de códigos negativos que frenan la producción de dichas prácticas e impiden su proliferación masiva.

Todo lo anterior para decir que la vida en sociedad demanda una acción de resistencia y producción que sea capaz de generar una respuesta al flujo del sistema social bajo su modalidad que ordena dominando (un efecto de dominación del campo político hace creer que lo político es lo institucionalizado como político). El poder decía un viejo autor es incapaz de operar sin afectar a los cuerpos de tristeza, ya que es bajo esa modalidad afectiva en donde tienen su lugar la resignación, el desinterés político (individualismo liberal, culto narcisista), el gusto por las supersticiones o el apego a la moral, es el gusto por el...