“Si usted quiere que en lugar de la institución oficial exista otra institución que pueda desempeñar las mismas funciones, mejor y de otro modo, usted está ya cogido en la estructura dominante” Michel Foucault.
“Que yo sepa, no viajamos por el placer de viajar; somos imbéciles pero no hasta ese punto" Samuel Beckett
Privilegios más, privilegios menos. Las divisiones sociales se miden por las condiciones de acceso a posibles y a la inevitable ignorancia de cómo dichas condiciones se dan en nosotros. Sólo así se crean las mistificaciones sociales que todo cuerpo social alimenta, que tienen cómo única finalidad salvaguardar el orden social al menor costo. Exceso de miedo.
En un principio (así reza el primer post) éste blog tenía por finalidad exponer los avances, inquietudes y errores de cada uno en el camino de tesis. Los tiempos de gloria de los blog ya pasaron y ahora reinan otras plataformas tecnológicas de comunicación, es mejor así.
Quiero exponer los inicios de lo que espero sea a mediados de año mi investigación para optar al título de antropología. Me centro en el análisis de los cuerpos trasexuales (no confundir con travestismo, eso es harina de otro costal), principalmente en la forma que dichos cuerpos son colonizados políticamente por las instituciones de poder (principalmente el Estado) despojándolos como cuerpos de enunciación sociopolíticamente legítimos y agentes de creación.
Dicha represión jurídico-médico-familiar distribuye secuencias de sentido que administran socialmente la articulación de prácticas y significados que median culturalmente la existencia entre un cuerpo y el mundo. En un primer lugar analizo las relaciones que el Estado dibuja políticamente sobre los cuerpos transexuales unidos en movimiento en tres campos de efectuación política: a) el médico, b) el jurídico y c) el familiar. Estas tres instituciones de poder instauran un sistema político que delinea un régimen del sentido completado espacialmente en tres grandes líneas articuladas: a) organización, b) significación y c) subjetivación que tienen por función acoplar conceptos (estados cognitivos de representación simbólica) con afectos (convergencia y consistencias de intensidades emocionales ligaadas a ideas que llenan al cuerpo limitándolo en acto) que estructuran una autoorganización corporal en línea con las líneas sociales imperantes que rigen lo real.
Si los análisis que buscan develar las lógicas antropológicas que habitan cada espacio social han sido metafóricamente comparadas con escenarios teatrales de representación simbólica, se debe al hecho importante que las mistificaciónes, la illusio bourdiana o la conocida ilusión social con la cual soñamos despiertos habitando un espacio fuertemente recargado de rituales, regulan los contactos públicos entre cuerpos dotados de distintos rangos y sentidos, por la pura necesidad de poder ordenar o de ordenar por el poder.
El movimiento trasexual emerge desde la frontera de la dominación masculina y tal como dice Scott: "cada grupo subordinado produce, a partir de su sufrimiento, un discurso oculto que representa una crítica del poder a espaldas del dominador". Un movimiento tiene como finalidad emitir enunciados y prácticas que subviertan el régimen de significación dominante, que los excluye por definición y que permite resquebrajar la continuidad sociopolítica de un espacio a través de desafíos simbólicos que aumentan las leyes de combinación (Melucci) que reorientan al régimen de sentido reinante.
Un grupo dominado tan completamente sólo puede actuar no tan solo para subvertir al régimen cultural, sino además para cambiar de afectos en donde la tristeza es la manifestación existencial de una estructura sociocultural, que actúa combinando instituciones de poder que refuerzan la represión, excluyendo a los grupos en cuestión de la creación de lenguajes y prácticas propias dentro de la lucha social.