17 de diciembre de 2010

Vivir bien

La colonización del mundo europeo sobre las américas y el resto del orbe supuso no únicamente la introyección de nuevos patrones y sentidos sobre los indígenas que desestabilizaron sus sistemas de significación internos, sino también la incorporación del dinero como elemento que mediaría el acceso de los hombres y mujeres al mundo de los objetos, el prestigio y el poder haciendo estallar los códigos socialmente instaurados.

El dinero pasaba a existir así como una entidad (fuera de todo juicio moral) que permite obtener privilegios, antes sólo reservados para las altas jerarquías de la organización social, a la vez que operaba como un instrumento de subjetivación individual propia del mundo europeo. Tanto las revoluciones en el plano de la economía que centran el crecimiento económico en la actividad individual del trabajo (Ricardo) como las del psicoanálisis que centran todo problema psíquico en la vida familiar del individuo (Freud) son procesos culturalmente cognitivos que entrañan por una parte una reificación de la individualidad como fuente de problemas/soluciones, a la vez que se sitúa extrañamente a la familia como centro angular de sentidos, todo muy burgués.

Individuo y familia forman así parte de un relato europeo de dos de los aspectos más importantes de la vida social, por un lado el análisis del campo económico y por otro el estado psíquico de los cuerpos que habitan dicho campo.

Una ideología nueva (centrado en la relación social) entrañan los gobiernos de Bolivia y Ecuador que pretenden sin mucha comprensión del Norte instaurar una filosofía centrada en el bienestar de los cuerpos. No pretendo aquí sino llamar la atención de que dos de los gobiernos más pobres de sudamérica se hayan impuesto como "cuestión de Estado" que las personas no sólo deben tener las "condiciones mínimas de bienestar social" como reza la mayoría de las constituciones europeas y de los paises colonizados por ésta, sino que junto a dichas condiciones tengan como correlato un estado afectivo de sus habitantes que pueda ser calificado como "vivir bien".

Y mientras toda la prensa chilena titula día por medio que el país es primero o segundo de Latinoamérica en cada uno de los rankings de algún indicador económico certificado por el FMI, se olvidan de que éste posee a la población con más altos índices de depresión de Latinoamérica. A la europea.


Nota: Lea el enlace de un diario boliviano.
http://www.opinion.com.bo/29/08/2010/se-hace-cuestion-de-estado-decir-vivir-bien-o-buen-vivir/

25 de noviembre de 2010

El camino de la crisis de la universidad: la escolarización como fundamento de su extravío (preámbulo)

 Por Gonzalo García(*)


“Sólo países centrales están en condiciones de observarse a sí mismos y a las periferias"
J.M Chávez. Universidad de La Frontera

Es habitual que los ganadores de la carrera civilizatoria se ubiquen en la punta de los indicadores de desarrollo, ley a la que la forma de producir conocimiento a escala planetaria no reclama exclusividad. Que América Latina junto a África sean las regiones en el mundo con las cifras más bajas en participación científica no es una simple eventualidad del devenir de la historia (1) . Pero tal afirmación no puede ser explicada por razón de una diferencia ontológica de inteligencia que determinaría la ventaja de los países de alto desarrollo y producción de conocimiento científico sobre el resto. Para una sensata explicación simplemente basta remontarse a las asimetrías que indicadores como la inversión del PIB en I+D, la elaboración de patentes o la producción científica a partir de centros de investigación especializados y universidades,  proporcional a cada país, reflejan.

Por ejemplo, según las estadísticas del Conicyt, la inversión pública en I+D en Chile no supera el 0,7% del PIB. A aquello, habría que descontarle, junto a una deficiente política empresarial, la precaria inversión por razón de iniciativas privadas en áreas de investigación, innovación y desarrollo de tecnología. Asimismo, las diferencias de inversión en ciencias sociales con países como Alemania pueden ser casi anecdóticas; por ejemplo, los 6 proyectos fondecyt adjudicados para el año 2010 por la comunidad de antropología social y cultural chilena, que en total suman una cifra aproximada de 300 millones de pesos, no alcanzan ni a igualar los 1.400 marcos alemanes que se adjudicaba por proyecto el equipo de investigación en modernización reflexiva a cargo de Urlich Beck.

El ajuste de las pretensiones de un programa político plasmado de una ideología del progreso y crecimiento económico en las disposiciones del campo científico y de la educación, ha descubierto el resultado directo subsumir sus trayectorias al tutelaje de los intereses que ad hoc son orientados por los beneficios que otorga la utilidad inmediata de los resultados. Así, en los contextos universitarios, es posible rastrear como el ámbito de las áreas-más-productivas, de mayor competitividad, o en palabras del Conicyt de las “prioridades estratégicas”, se ha convertido en el concepto dominante que organiza el horizonte discursivo. El resultado es una serie de conceptos profanos que dotados de cierta cientificidad y de opiniones de profundidad periodística se han convertido en sacrales, cuasi intocables (2) : la innovación empresarial para la competitividad, la diversificación y el desarrollo de las fuerzas productivas para el crecimiento económico, la sociedad y la economía del conocimiento, etc., conceptos redundados, posibles de rastrear en la semántica de la mayoría de los rectores, autoridades universitarias y políticos interesados en el tema. 

El año 2007 la Academia Chilena de Ciencias declaró su postura ante las recomendaciones hacia el Gobierno del diseño que debe seguir la política y gestión científica según el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC). Argumentando categóricamente que el impulso que requieren cuestiones como la innovación y tecnología no pueden ser proyectados a corto o mediano plazo, mediante un énfasis en ciencia aplicada: “El sólo dar un énfasis prioritario a aquellos aspectos de la ciencia que tienen “aplicación práctica inmediata”, no es suficiente en relación a la importancia esencial del desarrollo de la ciencia básica, la tecnología y su relación con la innovación (…) Si como país no queremos lamentar a futuro un retroceso en nuestra capacidad para crear conocimiento y aplicarlo con un sentido productivo, Chile debe profundizar su ciencia, ampliarla y no hacer “borrón y cuenta nueva”. En materias tan importantes para el desarrollo del país se debe actuar con prudencia y sabiduría”. Lo paradójico del supuesto que se critica es que la evidencia histórica, en experiencias como Israel o Finlandia (como modelos a imitar), han demostrado que la innovación derivada de la ciencia ha requerido como condición sine qua non aventurarse a un proceso científico que sólo puede ser planificado como apuesta a largo plazo, de base en el desarrollo de ciencias básicas. Lo cual, imaginarlo hoy en Chile, es caer en la quimera de un ejercicio de ciencia ficción.     

Pero esto último es norma ya conocida, cuando ciertos rendimientos sociales permanecen ausentes se asumen como tarea de la política sacarlos adelante y por tanto pasan a ser parte de la construcción de un futuro que busca ser alcanzado. Por lo mismo, no es extraño que una agenda de gobierno con un claro discurso identitario reclame la disputa del campo científico y educacional dentro de sus prioridades programáticas, traduciéndolos en una suerte de motor para –en función de ciertos estándares e instrumentos de evaluación internacionales que se prometen conseguir-, no perderle el rastro al ritmo que marcan los centros metropolitanos.

No obstante, e independiente de que si los resultados de las políticas de gobierno y de las recomendaciones de comisiones como el CNIC en innovación y tecnología, sean exitosas o no. Nos proponemos ordenar la discusión en el lugar en donde la universidad ha sido extraviada. Tanto por el semi-debate que ha abierto la discusión del presupuesto para la educación superior del año 2011 y la sorpresiva propuesta de reforma anunciada para el área; del mismo modo ausente en las misiones que el Conicyt declara prioritarias a la hora de asumir la formación de capital humano avanzado y de fortalecer la base científica y tecnológica con prioridad hacia las áreas con mayor impacto; como así también, ausente en las medidas para reforzar la ciencia básica en Chile derivadas de la Academia Chilena de Ciencias, que circunscriben a la problemática universitaria a temas de presupuesto e infraestructura para la investigación.  

Señalamos la necesidad de establecer un diagnóstico preliminar acerca de la “realidad de la universidad hoy”. Lo que por un lado, nos permita apartarnos de los argumentos recurrentes de la contingencia mediática en la problemática de la educación superior tras las iniciativas impulsadas por el gobierno de Piñera, hegemonizados por una crítica de oposición estancada en la defensa de la educación pública como argumento en contra de la amenaza de la pérdida de la función social de la universidad. El secuestro definitivo de la educación superior por una lógica de mercado que antepone la agenda del gobierno, en tanto sistemática privatización que se enmarca en el refuerzo de lo que Jaime Retamal ha señalado como la herencia de la epistemología pinochestista en educación ; y que por otro, aparece mediatizado en torno a la discusión ciencia básica/aplicada, en el centro de las propuestas de la búsqueda compulsiva por la innovación.       

A nuestro juicio, e independiente de la radicalidad, los argumentos de la crítica siguen dejando pendiente respuestas sobre “qué universidad”. Ya sea como promotora de la producción de conocimiento y de un ambiente propicio para la libertad de pensar y emprender y, de su función en sociedad. Lo que nos obliga a ordenar la discusión volviendo a la forma histórica en que se establece y diferencia el modelo de universidad neo-humanista que hoy pareciera estar entrando en una intensa crisis.

Nuestra afirmación inicial es que actualmente las posturas oficiales en disputa nos exigen eximirnos del camino de la búsqueda a las soluciones a la crisis de la educación superior en Chile. Los resultados de nuestra propuesta perciben su objetivo en ese lugar, buscando cambiar la forma de plantearnos el problema de la universidad. Lo cual, pareciera llevarnos a un diseño de universidad escolarizante que se caracterizaría por una ruptura entre la síntesis que supuestamente establece su diferencia en virtud de su desafió pedagógico: la unificación de la enseñanza-profesión e investigación-ciencia.

La realidad podría ciertamente ser pesimista ante la evidencia, por el momento nos aventuramos a afirmar de que no podemos entablar la discusión asumiendo que la función genuina de la universidad aún puede ser defendida u, al menos, defendida.
  


*Gonzalo García es Antropólogo de la Universidad Austral de Chile

(1) Fernando Robles. El desaliento inesperado de la modernidad molestias irritaciones y frutos amargos de la sociedad del riesgo. RilEditores. Santiago, 2008.

(2) http://www.elmostrador.cl/opinion/2010/11/23/por-que-pinera-no-es-andres-bello/

22 de noviembre de 2010

capitalismo cultural o ¿desea dejar 5 pesos para fundación las rosas?

Comprender el comprender*


"La sociedad siempre produce la represión del deseo en nombre de que la gente tiene necesidades y nosotros nos encargamos de satisfacerlas"

El mundo político se cierra poco a poco sobre sí mismo, sobre sus rivalidades internas, sus problemas y los juegos que le son propios. Igual que en los grandes tribunales, los hombres políticos capaces de comprender y expresar los anhelos y las reivindicaciones de sus electores, se vuelven cada vez más raros, y están lejos de ocupar un primer plano dentro de sus jerarquías. Los futuros dirigentes se definen mediante los debates de televisión o en los subterfugios del aparato. Los gobernantes son prisioneros de un entorno tranquilo de jóvenes tecnócratas que a menudo ignoran la vida cotidiana de los ciudadanos, sin que nadie señale su ignorancia. Los periodistas, metidos en las contradicciones que caen sobre ellos a través de las presiones o las censuras ejercidas por los poderes locales y extra locales, y por una competencia que nunca favorece la reflexión, proponen a menudo, en tomo a los problemas más candentes, descripciones y análisis apresurados y generalmente imprudentes. El efecto que esto produce, tanto en el universo intelectual como en el político, es tan pernicioso que, en algunas ocasiones se auto-valorizan e intentan controlar la circulación de los discursos competitivos, como el delas ciencias sociales: sólo quedan los intelectuales, a quienes se deplora por su silencio. Actualmente no se cesa de hablar de ello, y es frecuente que susciten comentarios “demasiado apresurados”. Se habla sobre la inmigración, sobre la política de arrendamiento, sobre las relaciones de trabajo, sobre la burocracia, sobre el mundo político, se dicen cosas que no se quieren entender y en un lenguaje que se entiende menos. En definitiva, se prefiere atender a toda eventualidad, y despreciar a quienes hablan de culpa y de defecto, sin interesarse por los efectos que puedan desencadenar las malas intenciones de las preguntas mal formuladas.

Por lo tanto, los signos de malestar siguen presentes; falta encontrar una expresión legítima dentro del mundo político, reconocido en ciertas ocasiones a través de los delirios de la xenofobia y del racismo. Malestares no expresados y de vez en cuando inexplicables, que las organizaciones políticas, sin disponer de más explicaciones que la anticuada categoría de lo “social”, no pueden ni percibir ni asumir.

Las organizaciones políticas sólo pueden hacerlo a condición de extender esa visión estrecha de lo “político”, heredada del pasado y vinculada tanto a las reivindicaciones surgidas y llevadas a las plazas públicas por los movimientos ecológicos, antirracistas o feministas (entre otros), como a todas las esperanzas difusas que la gente tiene de sus identidades y sus dignidades. Por ahora, parece que surgieran de un orden privado, evidentemente enmascarado durante los debates políticos.

Una política realmente democrática debe poseer los medios para escapar a la alternativa de la arrogancia tecnocrática, que pretende hacer felices a los hombres, a pesar de ellos mismos, y de la renuncia demagógica que acepta, sin objeciones de ningún tipo, la realización de las peticiones del pueblo, manifiestas en las encuestas de mercado y las cifras de popularidad. El progreso de la “tecnología social” es evidente, pues bien se sabe que, por ejemplo, una demanda aparentemente actual es fácil de actualizar. Ahora, si una ciencia de lo social pudiera ampliar los límites de la simple técnica de sondeo —al servicio de todos los fines posibles—, correría el riesgo de convertirse en un instrumento ciego, propio a la forma racionalizada de la demagogia, y sería incapaz de luchar contra la tendencia de los políticos de satisfacer las exigencias más superficiales para asegurar su éxito, como haciendo de la política un disfraz del marketing.

Con frecuencia se compara la política con la medicina: para hacerlo, basta con releer los textos hipocráticos, como recientemente hiciera Emmanuel Terray. Una política consecuente no puede contener las informaciones registradas en las declaraciones que muchas veces resultan de una formulación inconsciente de sus efectos: “Los registros ciegos a los síntomas, y las confidencias de las enfermedades son realizados por todo el mundo. Si esto bastara para una intervención eficaz, no habría necesidad de médicos”. El médico debe descubrir las enfermedades menos evidentes; es decir, aquellas que precisamente un simple practicante no sabe “ni ver ni oír”. Y como las demandas de los pacientes son vagas e inciertas, los signos que el propio cuerpo emite son oscuros y se manifiestan sutilmente. Es entonces a través del raciocinio (logismos) que deben revelarse las causas estructurales que los buenos propósitos y los signos aparentes ni se imaginan.

Así, anticipándose a las lecciones de la epistemología moderna, la medicina griega afirmaba, desde un comienzo, la necesidad de construir el objeto de la ciencia por medio de una ruptura con las “pre-nociones”; en otros términos, las representaciones que los gentes sociales se hacen de su estado. Así como la nueva medicina se enfrenta a la competencia desleal de los adivinos, magos, charlatanes o “fabricantes de hipótesis”, las ciencias sociales hoy se enfrentan a todos los que se consideran hábiles para interpretar los signos más visibles de los males sociales, todos estos semi-hábiles armados de su “buen sentido” y de su pretensión, se precipitan a los periódicos o frente a las cámaras y dicen lo que el mundo social necesita, sin medios eficaces para conocerlo y comprenderlo.


De acuerdo con la tradición hipocrática, la verdadera medicina busca conocer las enfermedades invisibles; es decir, esos hechos que la enfermedad calla, de los que no se tiene conciencia o que se ha olvidado mostrar. De igual modo, una ciencia social debe preocuparse por conocer y comprender las verdaderas causas de enfermedad que no se expresan cotidianamente, sino a través de los signos sociales más difíciles de interpretar, evidentes sólo en apariencia. Pienso en los factores que desencadenan la violencia gratuita en los Estados u otros lugares, en los crímenes racistas o en los triunfos electorales de los profetas de la desgracia, prestos a explotar y ampliar las expresiones más primitivas del sufrimiento moral que son engendradas, más por la miseria y la “violencia inerte” de las estructuras económicas y sociales, que por todas las pequeñas miserias y las violencias moderadas de la existencia cotidiana.

Para superar las apariencias, en las que caen aquellos a quienes Platón llamaba los doxosophes, “técnicos de la opinión que se creen sabios”, sabios aparentes de la apariencia, es evidentemente necesario remontarse hacia las verdaderas determinaciones económicas y sociales de los muchos esperanzados en la libertad personal, legítima aspiración a la felicidad y a la realización de sí mismos, que hoy ejercen no sólo las contradicciones impías del mercado laboral o de los arrendamientos, sino también los veredictos del mercado escolar, o las sanciones abiertas, o las agresiones de la vida profesional. Es necesario atravesar las pantallas de las proyecciones continuamente absurdas, algunas veces odiosas, tras las cuales la enfermedad o el sufrimiento se enmascara como una simple expresión.

Hacer conscientes los mecanismos que vuelven dolorosa la vida, al punto de ser invivible, no es para neutralizar o para ir al día con las contradicciones; no alcanza para dar las soluciones. Pero, por escéptico que parezca ante la eficacia social del mensaje sociológico, no se debe anular el efecto que podría generar, y entonces permitir a quienes sufren, la posibilidad de imputar el sufrimiento a las causas sociales y poder sentirse finalmente perdonados; hay que dar a conocer el origen social, colectivamente oculto, de la desgracia en todas sus versiones, comprendidas las más íntimas y las más secretas.

A pesar de las apariencias, no hay nada desesperante: lo que el mundo social ha hecho, armado de conciencia, el propio mundo social lo puede deshacer. En todo caso, es seguro que nada es más inocente que el “dejar hacer”: si en verdad la mayoría de los mecanismos económicos y sociales están en el origen de los sufrimientos más crueles, particularmente los mecanismos que reglamentan el mercado del trabajo, no es fácil oponerse y modificarlos; sólo se salva la política que no saca pleno partido de las posibilidades, la cual, reducida a la acción, o ayudada a emerger por la ciencia, puede ser considerada culpable o no de asistir a alguien en peligro.

Así como la eficiencia de quienes tienen responsabilidades menos importantes y menos directas, como la de todas las filosofías hoy triunfantes que, frecuentemente, a favor de las tiranías pero en nombre de la ciencia y la razón, se han dirigido a invalidar la intervención de la razón científica en materia de política: la ciencia no tiene por qué ser una alternativa entre un racionalismo dogmático y la renuncia estética de un racionalismo nihilista; basta con cuestionar las verdades parciales y provisionales para conquistar la visión común y, en contra de la doxa intelectual, distribuir los medios racionales para aprovechar plenamente las márgenes de maniobra que quedan en la libertad, en suma, la acción política.


*Artículo tomado del libro La Misére du Monde, de Pierre Bourdieu. Editions du Seuil. 1993, pp. 941-944. Traducción: Jean-Louis Delhaye.

27 de octubre de 2010

Semejanza y diferencia


“Teóricamente tanto el magnate como el mendigo, son igualmente libres para casarse con la hija del rey, del mismo modo que son igualmente libres para dormir bajo los puentes de París. Sin embargo, sabemos que en realidad tanto el acceso a los recursos como la posibilidad de un máximo de combinaciones a través de las relaciones matrimoniales se encuentran desigualmente distribuidos a lo largo y ancho de la estructura social”
Eric R. Wolf


“La historia sólo la hacen los que se oponen a ella”
Guattari y Deleuze


¿Qué hace que un conjunto de individuos desperdigados por la ciudad puedan sostener ideas, pensamientos, acciones y valores mayoritariamente semejantes frente a otros y al mismo tiempo tener la capacidad de decisión por sobre otros? En esta pregunta todo se mezcla y en principio aparece todo muy difuso, para ello tenemos la palabrita adecuada con la cual zafamos, aunque sólo sea mediante relato el problema. Es una complejidad.

Poder, política, identidad, ethos, clase, práctica, estructura, redes, patriarcado. En principio esas, pero también muchas más. Difícilmente uno vaya encontrar un adecuado cuerpo de conceptos para definir el porqué un grupo social ostenta primacía por sobre otro, en todo caso ya se ha hecho de muchos modos, pero tras todo se esconde una pregunta de orden ético ¿Si tras todo el diagnóstico esta la patencia de una realidad acordonada por la mierda de un extremo a otro, qué hacer?

Ya Carlos Marx planteaba la doble necesidad de actuar sobre el pensamiento al mismo tiempo que el pensamiento actúa (piensa) sobre el actuar modificándose de manera incesante. Todo el tiempo uno debe luchar con las inscripciones del exterior, no se trataba nunca de desnudar una ideología, tampoco de sostenerse mediante un proceso de creación teórica para luego echarse a gozar, era tal como lo sabían los presocráticos, los estoicos o la escuela de Epicuro un desenvolverse desenvolviéndose.

“Los modos de vida inspiran maneras de pensar y los modos de pensamiento crean maneras de vivir… la vida activa el pensamiento y el pensamiento a su vez afirma la vida” (Deleuze). Pero como se sabe demasiado desde las investigaciones empíricas desde la escuela ya todo se empieza a podrir mediante el fenómeno de asimilación, ensignación (inscripción de signos en el cuerpo) y apercibimiento de los fenómenos reales a través de esquemas de organización y distinción permanentes impuestos desde el Estado. Que nunca se enseño a pensar y a crear en la escuela, eso lo sabemos todos, pero más triste aún es el fenómeno de la universidad que no hace sino remedar con aires de prestigio lo que ya se venía insinuando en la escuela y antes en la familia. Era cuestión de tiempo para que ciertos grupúsculos se organizaran en contradicción con el Estado, la familia burguesa y las escuelas del orden.

Por todas partes un plan de organización que no cesa de aplastar, de aplanar las diferencias, la otredad y el afuera como necesaria condición para su realización. Y al final se termina jugando en los términos del juego. Para que una mujer entrara al sistema del trabajo y la política tendría que hacerse hombre, pero sin testículos y pene. Toda una asimilación de las estructuras del poder dominante, para poder cobrar la cuota de ingreso. ¿Qué se nos dice a los que no queremos inscribirnos en el show de la democracia cada cuatro años? Lo mismo siempre, inscríbete y luego haz valer tu voto, pero siempre es un ingreso a las condiciones impuestas por la estructura del poder, pareciera que el poder tuviese siempre un doble limite, un círculo en espiral donde se permite una cierta libertad, pero no mucha más, ni mucho menos, cuando uno se sale de esa doble continencia se aplican los códigos negativos de clasificación que tienen por función reordenar el sistema. Imagen y función negativa que tiene toda una apariencia de afirmación.

Existe todo un riesgo de perder y perderse en esta infatigable lucha que consiste en una “involución en que la forma no cesa de ser disuelta para liberar tiempos y velocidades” (DyG) diferentes a las impuestas, no hago teleserie al recordar la cantidad de hombres y mujeres que han pagado con su vida la lucha contra todas las formas de aplicación que a encontrado el fascismo en el mundo actual. Recordar las palabras de Antonin Artaud, por las cuales hacía un llamado a esperar esa inminente revolución actuando y pensando:

“El hábito que teneis todos vosotros de dar la espalda a las preguntas no impedirá que los cielos se abran el día establecido, y que un nuevo lenguaje se instale en medio de vuestras estúpidas transacciones”.

No hace falta recordar que el Estado tiene sus funcionarios de planificación como sus funcionarios del pensamiento ("El pueblo es aquella parte del Estado que no sabe lo que quiere" Hegel). El Estado no necesita que la gente piense en su más concreta expresión, lo único que pide es que se le obedezca y tras toda la problemática de la marginalidad habita tanto las clases, la estratificación, los círculos del poder, como la irresistible sombra del Estado, un inmenso plan de organización dispuesto a pasar el rastrillo sobre la “mala hierba”.

Mignolo On Tour

9 de octubre de 2010

Necesarias preguntas. Posiblemente atormentadoras respuestas.

¿Cuál es el papel de los antropólogos en las agencias de desarrollo? ¿Existe una continuidad entre la labor de los antropólogos en el contexto colonial de la primera mitad del siglo XX y el trabajo de consultor que desempeñan actualmente? ¿Debería ser el antropólogo un consultor pagado por las agencias de desarrollo o un asesor al servicio de las comunidades indígenas que padecen las consecuencias de la apertura de las nuevas fronteras del capitalismo global? ¿Son los antropólogos del BID, del Banco Mundial, de las agencias indigenistas de Estado y de las consultoras los misioneros de una nueva conquista de las Américas? ¿Permite la antropología aplicada renovar los marcos interpretativos de la disciplina antropológica y reforzar la autonomía relativa de nuestro campo disciplinario o sólo se limita a difundir la buena nueva de la salvación a través del mercado y participar de la inculcación de estructuras cognitivas y de la implementación de estructuras objetivas funcionales al orden ideológico neoliberal? ¿En que medida el hecho de producir conocimiento y de conseguir trabajo en el marco de proyectos o programas de desarrollo tiene implicancias sobre el campo antropológico y el futuro de los jóvenes antropólogos? ¿Cuál es la naturaleza del vínculo entre la producción del conocimiento antropológico y la implementación de la cultura del neoliberalismo? ¿Contribuye la labor de los antropólogos de las agencias de desarrollo a convencer los economistas ortodoxos de que existe una especificidad de lo social y de lo cultural o tiene como consecuencia el englobamiento de lo social dentro de lo económico? ¿Qué papel juegan los antropólogos, en tanto que "expertos" en temas culturales y sociales, en el proceso de transformación del Estado de Bienestar Monocultural en un Estado Subsidiario Multicultural?

Extraído del Programa del Magíster en Antropología de la Universidad de Tarapacá, Chile. http://www.uta.cl/

6 de octubre de 2010

La América Profunda de Rodolfo Kusch

Por Carlos Martínez Sarasola 

La recuperación del pensamiento indígena.
Una tarde de 1970, en un aula de la Facul-tad de Filosofía y Letras, conocí a Rodolfo Kusch. Yo era por en-tonces estudiante de la carrera de an-tropología. 

Alguien me invitó a escuchar las palabras de “un antropólogo que trabajaba en el norte”. Me encontré sentados alrededor de una mesa a un muy reducido grupo de estudiantes que dialogaba con un hombre flaco, de bigotes y anteojos que hablaba con entusiasmo de sus experiencias con los quechuas y aymaras de Perú, Bolivia y el norte de la Argentina. Me sorprendió esa presencia extraña, que hablaba con pasión, que transmitía con humildad su contacto con los indios y que hablaba de la particular forma de pensar de la gente originaria del altiplano.

Fue un encuentro breve, pero impactante. Ese hombre sabía del mundo profundo de los indígenas, lo respetaba, lo valoraba. Vivía en él.

Buceaba en él. Volví a verlo cinco años más tarde, cuando ambos eramos docentes en la Universidad Nacional de Salta. Compartí entonces el ámbito académico y algunos inolvidables trabajos de campo en la Puna salteña, en un lugar mágico a tres mil metros de altura: Santa Rosa de Tastil. Todo fue por muy poco tiempo, pero me alcanzó para ratificar su sabiduría y su talento que no dejaba de acompañar con su extraordinaria humildad. La tormenta de los años de plomo ya se avecinaba sin remedio, y él parecía adivinar el triste futuro, lo que lo llevó posiblemente a dejar este mundo cuando estaba en su plenitud, en 1979. Tenía 57 años.

Un apasionado de América
La obra de Kusch es el esfuerzo de un original filósofo-antropólogo por contactar con la esencia de América. Esa esencia que el define como el hedor americano, en una actitud desafiante hacia los prejuicios de ciertos sectores de nuestra sociedad que ven en las raices americanas algo nauseabundo. Kusch rastrea en el sentido positivo de “ese presunto hedor” por oposición a la pulcritud ficticia del hombre urbano.

Conocedor consumado de Heidegger, Lévi-Strauss, Jung ó Eliade, en los campos de la filosofía, la antropología, la psicología ó la historia de las religiones, recupera sin embargo a los autores americanos como el mejicano Miguel León Portilla, especialista en filosofía nahuatl, al chileno Félix Schwartzmann ó a las fuentes todavía más antiguas como el cronista indio Juan Santa Cruz Pachacuti, de las inmediaciones del Cuzco y sabio conocedor de la cosmovisión incaica. Kusch plantea una “decisión cultural” por lo americano.

Un eje de su pensamiento ha sido el concepto de estar entre los indígenas, opuesto al de ser alguien de los occidentales. Kusch encuentra que el término más cercano a la forma de vida india es utcatcha, que se traduciría en “estar sentado”, en el sentido filosófico de domicilio, de sentirse amparado en el mundo (Haber, 1978:50). El vinculaba al sistema productivo incaico con la idea de una auténtica “economía de amparo”. El hombre occidental soluciona sus males trabajando sobre la realidad exterior, por el lado de afuera. Por el contrario, el indígena está incluido en la totalidad del universo y cualquier desajuste debe ser restaurado con el equilibrio interno de esa totalidad, a través del ritual.

Para los que pensamos que se vive una época de convergencias entre la sabiduría de las culturas originarias de América y el nuevo pensamiento occidental, Kusch fue un precursor: indagó en las profundidades del mundo andino y vió lo que hay en nosotros como occidentales. Planteó las diferencias y las oposiciones, pero también los posibles caminos de encuentro y confluencias.

Kusch no tiene aún el lugar que merece en los ámbitos académicos, de pensamiento y reflexión. Pueden existir varias razones para ello, desde su pública inclinación política hasta su carácter de pensador transgresor, pero más bién creo que la antropología ó la filosofia local no han todavía incursionado a fondo por las dimensiones americanas en que Kusch navegaba. Es necesario sí reconocer que existen algunas excepciones a esta actitud, como la tarea del Centro de Estudios Latinoamericanos dirigido por Graciela Maturo y Eduardo A. Azcuy, el que realizó una gran tarea de recuperación y difusión del pensamiento kuschiano.

El decía que el país antes que nada es una “labor interior” y creo que realizó con creces su propia labor. Vivió como pensó. Eso era típico en él. Su último hogar fue Maimará, un pueblo a 80 km. de San Salvador de Jujuy. Allí se dio cuenta del milagro de haber saltado las fronteras que uno mismo se crea. En ese lugar se percató también de la posibilidad de ir hacia las otras fronteras, como aquellas de las montañas que tenía frente a su ventana. El sabía que si lograba cruzarlas alguna vez, e ir del otro lado, encontraría, como los héroes de muchos mitos americanos, “toda la vida, esa, que aún no se ha desprendido de los dedos divinos”.

Guía básica para leer a Kusch
Según una compilación editada por F.García Cambeiro en 1989 (Kusch y el pensar desde America) entre artículos y libros su obra suma más de setenta títulos. Es imposible pasar revista a todos, por lo que tuve que seleccionar -y como siempre ocurre en estos casos, con un dejo de arbitrariedad- los que considero centrales en el pensamiento del autor, que no dejó de incursionar en áreas como el arte, la estética y la dramaturgia.


En 1953 Raigal publica La seducción de la barbarie (análisis herético de un continente mestizo) un importante conjunto de ensayos sobre el carácter dual de América y una mirada desde la intuición del paisaje.
Hachette edita en 1962 una de las obras capitales de Kusch: América Profunda, reeditada por Bonum (1975) y posteriormente por la Editorial Fundación Ross. Este libro nos habla de la fuerte presencia del alma americana, a través de una acabada investigación de la cosmovisión andina. Es aquí donde Kusch desarrolla la relación entre el ser ó ser alguien de Occidente y el estar, propio de los indígenas, como raices profundas de la mentalidad mestiza.

Indios, Porteños y Dioses (Stilcograf, 1966), es un excelente compendio de sus viajes por el continente y una original explicación de las zonas de encuentro entre occidentales e indígenas, basadas en una concepción más totalizadora del hombre. De la mala vida porteña (Peña Lillo, 1966) explora la presencia del pensamiento indígena en Buenos Aires.

El Pensamiento Indígena y Popular en América (ICA, 1973; 1ra edición en México, 1970), es otra de sus obras cumbre, y constituye una propuesta de profundización del modo de concebir la realidad por parte de los indígenas y sus implicancias para la comprensión de los problemas americanos. 

Geocultura del Hombre Americano (F.García Cambeiro, 1976) es un llamado a vencer el miedo de ser nosotros mismos, recuperando el sentido de nuestra identidad americana. Su último libro Esbozo de una Antropología Filosofica Americana (Castañeda, 1978), indaga en la definición de lo humano en América, para lo que se requiere apenas asumir toda “la paradoja del vivir mismo, pero también toda su sacralidad”.

Muchos de estos trabajos son hoy casi imposibles de encontrar en sus ediciones originales. Pero hay una excelente noticia: la Editorial Fundación Ross de Rosario acaba de lanzar una edición con las Obras Completas en dos tomos (2000) lo cual es no solo un aporte invalorable a la difusión del pensamiento de Kusch sino un justo homenaje a este pensador fundamental de nuestra “América Profunda”.


Original de la Web Fundación Desde América

30 de septiembre de 2010

Estructura y vida.


La antropología no se cansa de mostrar que otras "formas de vida" existen y están existiendo mientras nosotros percibimos tibiamente el mundo social. Una "nueva forma de vida" está ligada al acontecimiento como expresión de emergencia. Políticamente es fundamental sostener que a pesar de que las estructuras predominan, se apropian y distribuyen significados, usos y control de todos los ámbitos de existencia social (Quijano; 2000) la teoría a dejado poco y nada para el acontecimiento, ya sea como expresión de novedad o articulación histórica de nuevos conjuntos, discursos o ámbitos de percepción. Bourdieu puso gran énfasis en la elaboración y predominio simbólico de la estructura, pero junto con ello elaboró nociones de rescate de la práctica, asociada a conceptos complejos como el Habitus y el Campo. Se defendió ante las críticas de absolutismo estructural que en su libro sobre la educación impedia ver las intituciones de aculturación estatal (escuelas, liceos) como vehículos de modificación estructural de la sociedad diciendo que la "reprodución, no implica de ninguna manera ausencia de resistencia, de cambio, de distorsión, sino permanencia de una estructura de diferencia y de distancias", ligada al conjunto de conceptos como clase, genración, etnia, género, etc. Godelier creía que en la palabra y el encuentro corporal estaba el secreto de los procesos de dominación donde el cuerpo sufría contracciones físicas que la subjetividad incorporada históricamente hacía funcionar.

Lo anterior quizá se deba a que el proceso de dominación basa su poder de control y sumisión en la incapacidad general de las clases subalternas por alcanzar el conjunto de íconos e imagenes ideales que por definición son ocupadas por una minoría de agentes del espacio social. Foucault, confeso de su homosexualismo en los años finales de su vida, intentó abordar la forma que estaban adoptando las subjetividades modernas, junto con eso encaró la posibilidad siempre abordable de conformar nuevas formas de vida, nuevos modos de existencia que en su realización material hacían emerger un universo significativo que permitía desligarnos del sistema social del poder. La droga, la homosexualidad (masculina, femenina) las performance del género, las lecturas, la acción como una forma que se despega de los esquemas tradicionales de la estructura que definen lo prohibido y permitido, lo posible e imposible... en resumen lo que uno debe y puede hacer en virtud de su posición social, junto a él otros autores menos conocidos, preocupados de los modos de existecia subalternos fuertemente estigmatizados tratan de enfrentar los problemas derivados de las relaciones de fuerza tradicionales, describiendo y elaborando una gran cantidad de escritos que pueden servir para entender que la antropología junto con ser una ciencia social puede mostrar y fomentar un uso social de sus conocimientos para transformar los procesos sociales, sin pretender una autoridad de dirigencia, ni menos de estrategía y organización... esa es pega de los pretendidos representantes políticos del territorio (los partidos). Mejor es formar parte del movimiento.

Recomiendo el siguiente libro en razón del contexto conocido por todos, por el cual el pueblo mapuche constituye el malestar de la clase hegemónica en este glorioso bicentenario y en línea con la posibilidad de establecer nuevas formas de vida política.

http://caosmosis.acracia.net/wp-content/uploads/2009/08/autonomias-y-emancipaciones_america-latina-en_movimiento.pdf

pd: opinar es gratis (incluye el todo vale).

27 de septiembre de 2010

Loco...



"Yo conozco mi destino. Un día mi nombre irá unido a algo formidable: el recuerdo de una crisis como jamás la ha habido en la tierra, el recuerdo de la más profunda colisión de conciencia, el recuerdo de un juicio pronunciado contra todo lo que hasta el presente se ha creído, se ha exigido, se ha santificado. Yo no soy un hombre: yo soy dinamita. Y a pesar de esto, estoy muy lejos de ser un fundador de religiones. Las religiones son cosa de la plebe. Tengo necesidad de lavarme las manos, después de haber estado en contacto con hombres religiosos... Yo no quiero “creyentes”; creo que soy demasiado maligno para creer en mí mismo. Yo no hablo jamás a las masas... Tengo un miedo espantoso de que algún día se me declare santo. Se adivinará la razón por la que yo publico este libro antes, tiende a evitar que se cometan abusos conmigo. Yo no quiero ser tomado por un santo; preferiría que se me tomara por un bufón... Quizá soy un bufón... Y a pesar de esto –o mejor, no a pesar de esto, pues hasta ahora no hay nada más embustero que un santo–, a pesar de esto, la verdad habla en mí. Pero mi verdad es t e r r i b l e, pues hasta el presente, lo que ha sido llamado verdad es la mentira. -Transmutación de todos los valores: he aquí mi fórmula para un acto de suprema autognosis de la humanidad, acto que en mí se ha hecho carne y genio. Mi destino ha querido que yo fuera el primer hombre decente; ha querido que yo me ponga en contradicción con miles de años. Yo fui el primero en descubrir la verdad, por el hecho de que yo fui el primero en sentir -en oler- la mentira como mentira... Mi genio se encuentra en mis narices. Yo contradigo como jamás se ha contradicho, y, sin embargo, soy lo contrario de un espíritu que dice no. Yo soy un alegre mensajero como no lo ha habido nunca, y conozco tareas que son de tal altura, que el concepto ha faltado hasta el presente. Sólo a partir de mí existen de nuevo esperanzas. Con todo esto, yo soy también necesariamente el hombre de la fatalidad. Pues cuando la verdad entra en lucha con la mentira milenaria tendremos conmociones como jamás las hubo, una convulsión de temblores de tierra, un desplazamiento de montañas y de valles, tales como nunca se han soñado. La idea política quedará entonces completamente absorbida por la lucha de los espíritus. Todas las combinaciones de poderes de la vieja sociedad habrán saltado por los aires, porque todas estaban basadas en la mentira. Habrá guerras como jamás las hubo en la tierra. Solamente a partir de mí existe en el mundo la gran política."

Friedrich Wilhelm Nietzsche

22 de septiembre de 2010

Toño Gramsci (1891-1937)


"Tenemos que impedir que este cerebro funcione durante veinte años"
Fiscal italiano en juicio contra Antonio Gramsci.
Condena: 20 años, 4 meses y 5 días (5 guindas).


Comienzo a leer el pensamiento de Antonio Gramsci en sus famosos "cuadernos de la cárcel", conjunto de pensamientos elaborados durante su larga estadia.

Quisiera mencionar tan sólo un par de cosas con respecto a Gramsci y ciertos conceptos que me parecen de plano bastante limitados (del campo) y que en la antropología contemporánea no se para de repetir de manera asfixiante. El famoso concepto de cultura como un conjunto público de principios de orientación de la conducta y códigos significativos que actúan como pautas estructuradas para la acción, etc. etc. no hay por que repetir el memo que ya todo aquel que conozca un poco del campo sabrá completar. Sólo decir que tras todo el esqueleto o esquema supraorgánico o la erudita elaboración que Niklas Luhmman postula bajo el concepto abstracto (casi insoportablemente abstracto) de sistema se superponen ciertos principios y circuitos sobre las formas de vida que para mí no dejan de ser ciertamente reaccionarios. Está bien que tanto los testigos de Luhmman como los funcionarios de la cultura (antropólogos, sin ironía alguna) tengan esa imperiosa necesidad por sostenerse en el abismo con un conjunto más menos amplio, más menos elaborado de conceptos fundamentales, pero yo aquí estoy con Gramsci, con Marx, con Nietzsche, con Foucault o con Deleuze... no aplastemos la infinita e inmensa pluridimensionalidad de las relaciones concretas, históricas y/o inmanentes del fluir cotidiano con fantasmas que presionan por todas partes la nuevas formas de vida. Esto como invitación a un buen libro de Kate Crehan, titulado Gramsci, Cultura y Antropología donde el concepto de cultura aparece bastante lejos de las formas antropológicas de enclaustramiento tradicionales. Un poco de aire fresco no hace mal a nadie.

17 de septiembre de 2010

Matrioska

Hay veces en que las personas de la Tevé, al verse en una posición comunicativa-social privilegiada, donde sus opiniones se presentan a sí mismas como los hechos irrefutables, y se legitiman por lo tanto como la realidad misma, caen bajo una arrogante ceguera ideológica disfrazada de objetividad periodística (o sociológica para el chascón pedante de esta pandilla). Pero en este caso, hace algunos domingos para algunos panelistas del programa Tolerancia Cero de Chilevisión (el video está posteado más abajo), el tema les quedó grande. Como poncho. Se acostumbraron a conversar con personajes su misma especie, con los mismos recursos  discursivos y un "sentido común"  bien común pertenecientes a los lugares comunes. Pero en lo que se refiere al denominado conflicto mapuche (en realidad, la mayoría de los conflictos sociales y culturales tienen su genésis y apocalipsis en el estado, pero bueno) se toparon con una campo de análisis nuevo, y les dio miedo cruzar ese campo: la generalización descontextualizada chocó con la particularidad del contexto, y ante ello, ante el temor a lo des-conocido (y por lo tanto peligroso, y si son ideas-otras más aún) no cabe más que negar, ironizar y negar nuevamente. La honestidad de reconocer  la propia ignorancia parcial (tampoco son tan tontos) o ciertos sesgos y errores cometidos en un análisis no parecen ser aquí un ingrediente del debate. No. Aquí se viene a meter a la fuerza los datos del invitado al análisis del anfitrión-opinólogo. Todo tiene que encajar. Y si no lo hace, pues algo malo hay en el invitado. No puede ser de otra forma. Ellos encarnan la realidad. Y punto.

Lo interesante del episodio, es que ejemplifica cual es el obstáculo en el que radica el abordar el conflicto mapuche, ya sea desde lo jurídico, lo moral, lo científico o lo que sea: el no entender que los fenómenos sociales ante todo son históricos, particulares, locales, coyunturales. De lo que se desprende que su análisis debería ir en la misma línea, o por lo menos considerándolos como parte de los principales factores. Y quizás en estas características de lo social radica las tendencias a la descolonización y autonomía de los distintos pueblos del mundo desde la caída del Antiguo Régimen (que mejor que estas fechas como recordatorio). Porque así como las sociedades que aún siguen encerradas en la soberanía de los estado-nación, hasta la última muñeca de la matrioska querría ser libre y dejar de estar contenida e invisibilizada en las otras: solo quiere ser ella misma, independiente e igual a las otras. Por lo tanto diagnosticar desde las torres de vigilancia del Estado (la mayúscula no es casual; es el monstruo bíblico por excelencia, naturalizado y naturalizador) con herramientas de análisis adaptadas para la auto-referencialidad es un absurdo.La muñeca grande de la estado-matrioska naturaliza su contenido y generaliza sus problemas en tanto ella misma y a la amenaza a su propia reproducción, jamás como síntomas particulares y contextualizados a las muñecas que contiene y que buscan salir. Pero bueno, hasta esta metáfora le sacaría una carcajada rabiosa al "realista" de Villegas. "Las matrioskas abundan en casas de reaccionarios" sería probablemente su elusiva sentencia.

En fin, esperemos que  persista el debate sincero para la acción emancipadora y no el prejuicio dogmático institucionalizado para la conservación represora.

Aquí el video en cuestión para que revise y de paso entienda algo de lo quize decir. Y si tiene una matrioska en casa... ¡desármela desde ya!

Salud.

2 de septiembre de 2010

en éxtasis.



"No sentimos inclinación por algo porque consideremos que es bueno, sino que consideramos que es bueno porque sentimos inclinación por él"

Ética, III, 9. Spinoza

30 de agosto de 2010

se pasa el dato!



Cátedra: Edward Said; La Ideología de la Dominación Imperial.

¿Dónde? ---> U. Arcis, Libertad 53, stgo centro.
¿Cuando? --> Martes 31 de agosto, 18:00 a 21:30 horas.
¿Temas? ---> Conflicto Palestino-Israelí, Pensamiento de Said e Ideología Colonial.
Más info. ---> www.uarcis.cl

26 de agosto de 2010

FANON: Conclusión de "Los condenados de la tierra"

Compañeros: hay que decidir desde ahora un cambio de ruta. La gran noche en que estuvimos sumergidos, hay que sacudirla y salir de ella. El nuevo día que ya se apunta debe encontrarnos firmes, alertas y resueltos.

Debemos olvidar los sueños, abandonar nuestras viejas creencias y nuestras amistades de antes. No perdamos el tiempo en estériles letanías o en mimetismos nauseabundos. Dejemos a esa Europa que no deja de hablar del hombre al mismo tiempo que lo asesina dondequiera que lo encuentra, en todas las esquinas de sus propias calles, en todos los rincones del mundo.

Hace siglos que Europa ha detenido el progreso de los demás hombres y los ha sometido a sus designios y a su gloria; hace siglos que, en nombre de una pretendida "aventura espiritual" ahoga a casi toda la humanidad. Véanla ahora oscilar entre la desintegración atómica y la desintegración espiritual.

Y sin embargo, en su interior, en el plano de las realizaciones puede decirse que ha triunfado en todo.
Europa ha asumido la dirección del mundo con ardor, con cinismo y con violencia. Y vean cómo se extiende y se multiplica la sombra de sus monumentos. Cada movimiento de Europa ha hecho estallar los límites del espacio y los del pensamiento. Europa ha rechazado toda humildad, toda modestia, pero también toda solicitud, toda ternura.

No se ha mostrado parsimoniosa sino con el hombre, mezquina, carnicera, homicida sino con el hombre.
Entonces, hermanos ¡cómo no comprender que tenemos algo mejor que hacer que seguir a esa Europa?
Esa Europa que nunca ha dejado de hablar del hombre, que nunca ha dejado de proclamar que sólo le preocupaba el hombre, ahora sabemos con qué sufrimientos ha pagado la humanidad cada una de las victorias de su espíritu.

Compañeros, el juego europeo ha terminado definitivamente, hay que encontrar otra cosa. Podemos hacer cualquier cosa ahora a condición de no imitar a Europa, a condición de no dejarnos obsesionar por el deseo de alcanzar a Europa.

Europa ha adquirido tal velocidad, loca y desordenada, que escapa ahora a todo conductor, a toda razón y va con un vértigo terrible hacia un abismo del que vale más alejarse lo más pronto posible.

Es verdad, sin embargo, que necesitamos un modelo, esquemas, ejemplos. Para muchos de nosotros, el modelo europeo es el más exaltante. Pero en las páginas anteriores hemos visto los chascos a que nos conducía esta imitación. Las realizaciones europeas, la técnica europea, el estilo europeo, deben dejar de tentarnos y de desequilibrarnos.

Cuando busco al hombre en la técnica y el estilo europeos, veo una sucesión de negaciones del hombre, una avalancha de asesinatos.

La condición humana, los proyectos del hombre, la colaboración entre los hombres en tareas que acrecienten la totalidad del hombre son problemas nuevos que exigen verdaderos inventos.

Decidamos no imitar a Europa y orientemos nuestros músculos y nuestros cerebros en una dirección nueva. Tratemos de inventar al hombre total que Europa ha sido incapaz de hacer triunfar.

Hace dos siglos, una antigua colonia europea decidió imitar a Europa. Lo logró hasta tal punto que los Estados Unidos de América se han convertido en un monstruo donde las taras, las enfermedades y la inhumanidad de Europa han alcanzado terribles dimensiones.

Compañeros: ¿No tenemos otra cosa que hacer sino crear una tercera Europa? Occidente ha querido ser una aventura del Espíritu. Y en nombre del Espíritu, del espíritu europeo por supuesto, Europa ha justificado sus crímenes y ha legitimado la esclavitud en la que mantiene a las cuatro quintas partes de la humanidad.
Sí, el espíritu europeo ha tenido singulares fundamentos. Toda la reflexión europea se ha desarrollado en sitios cada vez más desérticos, cada vez más escarpados. Así se adquirió la costumbre de encontrar allí cada vez menos al hombre.

Un diálogo permanente consigo mismo, un narcisismo cada vez más obsceno, no han dejado de preparar el terreno aun cuasidelirio, donde el trabajo cerebral se convierte en sufrimiento, donde las realidades no son ya las del hombre vivo, que trabaja y se fabrica a sí mismo, sino palabras, diversos conjuntos de palabras, las tensiones surgidas de los significados contenidos en las palabras. Ha habido europeos, sin embargo, que han invitado a los trabajadores europeos a romper ese narcisismo y a romper con ese irrealismo.

En general, los trabajadores europeos no han respondido a esas llamadas. Porque los trabajadores también se han creído partícipes en la aventura prodigiosa del Espíritu europeo.

Todos los elementos de una solución de los grandes problemas de la humanidad han existido, en distintos momentos, en el pensamiento de Europa. Pero los actos de los hombres europeos no han respondido a la misión que les correspondía y que consistía en pesar violentamente sobre esos elementos, en modificar su aspecto, su ser, en cambiarlos, en llevar, finalmente, el problema del hombre a un nivel incomparablemente superior.

Ahora asistimos a un estancamiento de Europa. Huyamos, compañeros, de ese movimiento inmóvil en que la dialéctica se ha transformado poco a poco en lógica del equilibrio. Hay que reformular el problema del hombre. Hay que reformular el problema de la realidad cerebral, de la masa cerebral de toda la humanidad cuyas conexiones hay que multiplicar, cuyas redes hay que diversificar y cuyos mensajes hay que rehumanizar.

Hermanos, tenemos demasiado trabajo para divertirnos con los juegos de retaguardia. Europa ha hecho lo que tenía que hacer y, en suma, lo ha hecho bien; dejemos de acusarla, pero digámosle firmemente que no debe seguir haciendo tanto ruido. Ya no tenemos que temerla, dejemos, pues, de envidiarla.

El tercer Mundo está ahora frente a Europa como una masa colosal cuyo proyecto debe ser tratar de resolver los problemas a los cuales esa Europa no ha sabido aportar soluciones.

Pero entonces no hay que hablar de rendimientos, de intensificación, de ritmo. No, no se trata de volver a la Naturaleza. Se trata concretamente de no llevar a los hombres por direcciones que los mutilen, de no imponer al cerebro ritmos que rápidamente lo menoscaba y lo perturban. Con el pretexto de alcanzar a Europa no hay que forzar al hombre, que arrancarlo de sí mismo, de su intimidad, no hay que quebrarlo, no hay que matarlo.
No, no queremos alcanzar a nadie. Pero queremos marchar constantemente, de noche y de día, en compañía del hombre, de todos los hombres. Se trata de no alargar la caravana porque entonces cada fila apenas percibe a la que la precede y los hombres que no se reconocen ya, se encuentran cada vez menos, se hablan cada vez menos.

Se trata, para el Tercer Mundo, de reiniciar una historia del hombre que tome en cuenta al mismo tiempo las tesis, algunas veces prodigiosas, sostenidas por Europa, pero también los crímenes de Europa, el más odioso de los cuales habrá sido, en el seno del hombre, el descuartizamiento patológico de sus funciones y la desintegración de su unidad; dentro del marco de una colectividad la ruptura, la estratificación, las tensiones sangrientas alimentadas por las clases; en la inmensa escala de la humanidad, por último, los odios raciales, la esclavitud, la explotación y, sobre todo, el genocidio no sangriento que representa la exclusión de mil quinientos millones de hombres. (Las tres cuartas partes del total en el momento en que esto se escribe)
No rindamos, pues, compañeros, un tributo a Europa creando estados, instituciones y sociedades inspirados en ella.

La humanidad espera algo más de nosotros que esa imitación caricaturesca y en general obscena.
Si queremos transformar a Africa en una nueva Europa, a América en una nueva Europa, confiemos entonces a los europeos los destinos de nuestros países. Sabrán hacerlo mejor que los mejor dotados de nosotros.
Pero si queremos que la humanidad avance con audacia, si queremos elevarla a un nivel distinto del que ha impuesto Europa, entonces hay que inventar, hay que descubrir.

Si queremos responder a la esperanza de nuestros pueblos, no hay que fijarse sólo en Europa.
Además, si queremos responder a la esperanza en los europeos, no hay que reflejar una imagen, aun ideal, de sus sociedad y de su pensamiento, por los que sienten de cuando en cuando una inmensa náusea.

Por Europa, por nosotros mismos y por la humanidad, compañeros, hay que cambiar de piel, desarrollar un pensamiento nuevo, tratar de crear un hombre nuevo. (Páginas 287 a 292)

22 de agosto de 2010

Camotera a Hegel por hacerse el divino y por ser entero longi!




“Podemos comprobar cómo veneraba Schelling la prueba ontológica, si nos fijamos en una extensa nota de la p. 152 del primer libro de sus escritos filosóficos de 1809 (...): cuán fácil es deslumbrar a los alemanes con audaces y enfáticas palabrerías. Pero otro vividor más desdichado, Hegel, cuya filosofastrería toda es una monstruosa amplificación de la prueba ontológica, ha querido defenderla contra la crítica de Kant, defensa de que la misma prueba ontológica se avergonzaría, si fuese capaz de avergonzarse.>> No se espere de mí que hable con respeto de gentes que han hecho despreciable la filosofía.”

Arthur Schopenhauer.


“¿por qué, cuando mis afectos son tristes es que mi potencia de actuar esta disminuida mientras que mi poder de ser afectado es cumplido? Es muy bella la manera como Spinoza ve a la gente. Y es todavía más bella cuando vemos las objeciones que le hace la gente, por ejemplo Hegel, ese débil. Cuando Hegel dice contra Spinoza: "¡ah! este nunca ha comprendido nada del trabajo de lo negativo", es perfecto, el trabajo de lo negativo es la mierda”

Gilles Deleuze.


“… una posibilidad de la verdad, detrás del célebre principio fundamental de la dialéctica, por el cual Hegel favoreció en otro tiempo la victoria del espíritu alemán sobre Europa –“La contradicción es el motor del mundo; todas las cosas se contradicen a sí mimas”-, pues somos, hasta en la lógica pesimistas”

Friedrich Nietzsche.

12 de junio de 2010

Todo muy lindo, todo muy Coca-Cola


By Leo

"La publicidad es la gran máquina de poder que inviste la libido de los sujetos para depositar en ellos los lineamientos de acción para satisfacer sus deseos. Es una máquina poderosa porque domina los conceptos dominables, es decir, el conjunto de imágenes sociales accesibles a todos, en las cuales establece relaciones de sentido altamente efectivas congregadas en torno al aparatoso cuerpo de clichés del cual se sirve, y en los cuales el conjunto de los sujetos se acompleja de manera inmediata, acarreando con ello la identificación inconsciente de las imágenes con el deseo que nos permite recrear el juego dispuesto por las imágenes ópticas-sonoras (bajo la forma de estructura de signos) bajo un sentido negativo, “el fascismo que nos hace amar el poder,  desear  esa cosa misma que nos domina y nos explota”(Foucault). La articulación del cuerpo publicitario otorga un “desencadenamiento de los comportamientos previsibles entre los individuos” (Deleuze) lo que hace del mundo un lugar habitable, perfectamente ajustado con los comportamientos fabricados por la maquinaria de la imaginería del capital. Una tarea indispensable es destruir, borrar al cliché y sus encadenamientos… "

3 de junio de 2010

¿Cómo estudiar la Interculturalidad?

Por Daniela Senn J.

Imaginemos que nuestra pretensión es acercarnos a otra cultura a través del estudio, que esperamos tocar parte del sentido que liga a ese grupo como pueblo, que una fracción de toda su urdimbre espera ser sacada a la luz, enfocada y develada. Nosotros, desde acá, escribimos sobre lo que sucede allá. Tanto nuestro sitio como al que intentamos hacer referencia ha mutado, y nos es imposible concebir un territorio como un espacio homogéneo. Así, cuando hablamos de la identidad –en el plano individual y grupal-, más allá de considerar el estado de conciencia, la diferencia y el sentido de pertenencia a un grupo, debemos recordar la situación de tránsito, de latente construcción y cruce cultural que llevará a estos grupos a no definirse de forma rígida o enmarcada, sino a través de esa significación en constante construcción.

La cultura, según Geertz (2003) es un sistema históricamente transmitido de significaciones contenidas en símbolos; es decir, un conjunto heredado de concepciones representadas simbólicamente, a partir de las cuales los hombres se comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento y sus modos de vida. Ahora sabemos que este sistema históricamente transmitido, ha traspasado las fronteras que los mismos individuos han creado, por lo tanto, la cultura pasaría a ser un fenómeno mucho más dinámico de lo que creemos.

Ya planteaba Anderson (en Barrera, 2000) la imagen de la nación imaginada, como una idea que nos hacemos de un territorio soberano del cual ni siquiera conocemos sus fronteras. Y ahora si le sumamos a esto que esa misma idea de nación, de territorio e identidad se verá permeada por los cruces culturales, ¿qué sucede?

Dentro de un mismo pueblo es necesaria la comunicación para la transmisión de la cultura. Ahora, cuando la comunicación se extiende y vamos al encuentro con el otro, debemos tener especial cuidado de no instalarnos en las autocertezas de nuestra propia cultura, ni tampoco caer en la convicción que somos los excluidos, los diferentes, forasteros que deben actuar con una solidaridad casi militante hacia el otro, asimilándose al otro para poder entrar en su grupo. Los cruces culturales no siempre conllevan a la asimilación, sino también al sincretismo, a la representación de la interculturalidad.

Muchas veces he temido verterme hacia el grupo que estudio y mimetizarme con ellos. Está claro que la interacción hará que adquiera algunos rasgos o ideas del otro, pero ese encuentro, en nuestro caso como cientistas sociales, no debe derivar en un reemplazo de nuestra propia cultura e identidad por la de los otros, ya que no debemos perder nuestro fin específico: sacar a la luz una parte del otro que permanece en las sombras, no volverse hacia esa oscuridad y permanecer ahí, sin comunicar lo que hemos aprendido.

Ahora si vamos a nuestra disciplina específica, los antropólogos somos personas que alcanzamos legitimidad en tanto demostramos “haber estado allí”, pero nuestro texto, es decir, lo que comunicaremos a la comunidad lo hacemos “desde acá”. Eso si pensamos que la cultura que estamos estudiando está localizada en un espacio determinado, porque si nos volcamos hacia la interculturalidad, ¿podemos “estar allí” si no tenemos claro cuál es ese sitio específico?, ¿existe un lugar para estudiar la interculturalidad?

Entonces, el viaje no es sólo una condición de la etnografía como estrategia, sino que es una condición de vida de las mismas culturas, es lo que las hace encontrarse, mezclarse y ver nacer nuevas formas de inventarse el mundo. Al estudiar la interculturalidad, nosotros estamos posicionados en el mismo lugar donde confluyen los cruces, existe una multiplicidad de sitios posibles donde anclar un estudio que involucre sincretismo.

Según Renato Rosaldo (En Canclini: 2004) la tarea de exhibir la identidad de alguna cultura debe hacerse como si se tratara de una venta de garaje, donde el antropólogo no trabaja con objetos nuevos o auténticos, sino con objetos usados y acepta que los usos forman parte de su valor. Es decir, debemos estar atentos a los elementos que encontremos de diversas culturas en algún sitio. Como si fuéramos por nuestra propia calle y nos encontráramos con casas de algún estilo particular, otras típicamente alemanas, negocios donde venden desde cola cola hasta piñones, y personas que no necesariamente viven ahí, sino que pueden estar de paso y representar a otros barrios, a otros sectores.

Es necesario entonces que afinemos nuestra mirada, que no intentemos solamente captar una totalidad, una generalidad que sea capaz de explicar cómo está organizado un todo o cómo funciona ese sistema. Claramente es un estudio válido, pero si damos vuelta la vista, notaremos que existen muchas otras formas de estudiar la cultura, las cuales pueden tratarse de encontrar las excepciones, contar desde otra posición social lo que ya se ha dicho, entre tantas posibilidades latentes. Ahora, si vuelvo al negocio que ofrece piñores y coca cola, lo primero que puedo hacer es ver de dónde procede cada mercancía, cómo llegó hasta ahí, qué tipo de redes deben existir para que lleguen a nuestras manos. Nos encontraremos sin duda con un sinfín de historias que se cruzan.

Pero desplacémonos. Si viajáramos hasta un lugar un poco más lejano que la plaza de nuestra ciudad, por ejemplo España: No encontraremos ahí ciertamente sólo españoles con su cultura marcada. Va más allá de considerar las variaciones entre españoles, vascos y catalanes: debemos tomar en cuenta los contactos que existen con otros pueblos.

Mientras estudié el ateísmo de resistencia surgido en España a través de organizaciones ateas vigentes, pude notar que este fenómeno se da en esa zona no sólo por la historia manchada de sangre con la que carga la Iglesia Católica y la persistencia de reyes católicos, sino que este ateísmo organizado nace también por consecuencia de los cruces culturales con los que convive ese país. España es destino de inmigrantes tanto latinoamericanos, como africanos y musulmanes, y al emitir juicios de valor sobre las prácticas de esos individuos, o criticar su misma religión, basando parte de sus postulados en un repudio hacia el fundamentalismo –en el caso de los musulmanes-, se ha manifestado que a partir de esta interculturalidad, aparecen nuevos fenómenos sociales que antes no se habrían visto, además que se ha puesto en tela de juicio la tolerancia de un sector de la población española.

En sociedades mestizas como la nuestra, la interculturalidad es un tema a estudiar en sí, y además desde ella aparecen nuevos fenómenos a los cuales debemos prestarles atención. No significa que las culturas ya no tengan elementos distintivos o se asimilen completamente –como sucede con parte de la población indígena en Chile, quienes fueron obligados a renunciar a sus propias prácticas culturales y adoptar una nueva cultura- hasta llegar a un pastiche que las homogenice en vez de diversificarlas; lo que intento decir es que dentro del sincretismo se intercambian elementos de otras culturas y se re significan, a la vez que pueden conservar algunos rasgos que le es propia.

Los objetos de estudio de las ciencias sociales no pueden ser identidades separadas, ni culturas relativamente desconectadas, ni campos absolutamente autónomos: Se deben tomar como entidades en movimiento, dinámicas y en permanente construcción.

Ante tan alta ambición de estudiar la interculturalidad, la misma disciplina que se acerque a esto debe nutrirse de diversos campos. Martin Barbero (2005) plantea la necesidad de acercarse a estudiar distintos fenómenos desde disciplinas que estén abiertas a nutrirse de otras a través del diálogo. La interdisciplina nos permitiría unir en un mismo fin saberes que suelen trabajar por separado, mientras que la transdisciplina, mucho más ambiciosa, pretende formular nuevos saberes que converjan en un estudio particular.

Por la misma línea, Geertz plantea que las disciplinas son consideradas como géneros, los cuales –al igual que las culturas- se cruzan y mezclan tanto para complementarse, como por producto del desarrollo científico y la globalización. Los géneros ya no son definidos y enmarcados de una forma rígida, sino que transitan de uno en otro, tomando lo que pueda servirles y acomodándolo a sus necesidades explicativas.

De esta forma, la analogía se usa en ciencias sociales para aprehender el análisis, es decir, para captar eso tan intangible como algo tangible o al menos similar. Es así como se usan comparaciones con materiales adquiridos desde las artes, las ciencias duras, la ley, y así muchas disciplinas que se han ido encontrando para posibilitar la explicación de fenómenos. Esta búsqueda de analogías es al mismo tiempo “evidencia de la desestabilización de los géneros y del surgimiento del giro interpretativo; y su resultado más visible es un estilo modificado de discurso en los estudios sociales.”

No es que sea necesario una acumulación, un dilentantismo del conocimiento, eclecticismo, o compartir un sentimiento de hermandad con todas las disciplinas sin discriminar su pertinencia, sino que es el mero reconocimiento “de que las líneas que agrupan a los estudiosos en áreas intelectuales o, lo que es lo mismo, que los clasifican en comunidades diferentes, en los días que corren, poseen ángulos enormemente excéntricos.” Es decir, resulta imprescindible reconocer el aporte que otras disciplinas puedan hacer a la propia, además de los encuentros reiterados que se producen entre teorías, las cuales siempre van a tomar insumos de otras.

La misma ciencia debe aprender a validar otros tipos de conocimiento. Es decir, no porque nosotros no hayamos analizado científicamente el contenido de las letras del hip hop –por poner un ejemplo- eso significa que estas letras no tengan un contenido sustancial en la configuración de una ideología. El mismo autor de la letra es un investigador de su grupo social. Nuestro trabajo ahí sería interpretar su propia investigación.

Propongo, para lograr un proyecto transdiciplinario como el que soñamos, aceptar primero que nuestra propia condición, es decir, el lugar desde donde estamos posicionados escribiendo, nuestra perspectiva, es un producto del encuentro entre culturas. Nosotros mismos estamos permeados de diversidad, y una vez que aprendamos a ver la polifonía de cada fenómeno social, sabremos contar una historia.


Referencias
• Martin Barbero, Jesús 2005.- Transdisciplinariedad: notas para un mapa de sus encrucijadas. Ponencia en el Congreso Internacional “Nuevos Paradigmas Transdisciplinarios En Las Ciencias Humanas”, Universidad Nacional, Bogotá, Abril 7, 8 Y 9 De 2003 y publicado en el libro J. E. Jaramillo (comp.) Culturas, identidades y saberes fronterizos, CES, Bogotá, 2005 .
• Barrera, Andrés. 2000. Identidades, lenguas, ideologías. Una interpretación desde la antropología, en Lisón, Carmelo (ed.) 2000 Antropología: horizontes interpretativos, Universidad de Granada, Granada.
• García Cancini, Néstor. 2004. Diferentes, Desiguales y Desconectados. Mapas de la Interculturalidad. Gedisa. Barcelona.
• Geertz, Clifford. 1980. Géneros Confusos. La Reconfiguración del Mundo Social. American Scholar, vol. 49, N° 2, primavera de 1980, págs. 165-179.
• Geertz, Clifford. 2003. La Interpretación de las Culturas. Gedisa. Barcelona.

25 de mayo de 2010

La elección del Elegido; un estudio de caso (I)


Sabemos que algunas peliculas, en especial las taquilleras juligudenses son básicamente guiones probados y muchas veces recontraprobados, llenos de clichés, arquetipos, lugares comunes que busca la rentabilidad exitosa basada muy poco en la creatividad o profundidad de la historia y si mucho en una espectacularidad visual, en una narración simple o predecible, o bien la combinación de ambas, que impacte y represente el Zeitgeist de una determinada época y marque tendencias en esa línea (fórmulas que una vez probadas, se vuelven a repetir una y otra vez hasta el cansancio del consumidor). Así fue con Star Wars, Volver al Futuro, Indiana Jones, Avatar, Spiderman, The Matrix, Jurassic Park, y muchisisisisimas más (entre las que se incluye, aunque me duela decirlo, El Señor de los Anillos, a pesar de que este caso es un tanto diferente... algun día explicaré la razón.)

Aún así, soy de la opinión de que en varias de ellas, a pesar de los simple y básico de la historia principal, los guionistas entretejen dramas y dilemas socio-existenciales que no son perceptibles en una primera mirada, quizás con la idea de agradar o jugar al filósofo denso frente a los observadores más críticos y exigentes (y reconozcamoslo: tambien para los más ñoños, aunque no siempre lo logran), o por la simple razón de intentar hacer algo más compleja la historia aún corriendo el riesgo de arruinar la ya mencionada combinación exitosa. Creo que este fue el caso de The Matrix, pero no en su primera parte (1999), sino que con las secuelas The Matrix Reloaded (2003) y The Matrix Revolutions (2003), con especial énfasis en esta última. Basta decir que la crítica "especializada" las destrozó, los resultados en taquilla fueron muy por debajo de los esperados, y para no pocas personas esta dos no le hacen justicia a lo que fue la novedad visual y narrativa de su predecesora, resultando ser completamente aburridas, enredadas y decepcionantes.

A continuación, mi Hipótesis 1:

The Matrix (1999) no es mejor que sus sucesoras. De hecho, en lo que se refiere a originalidad, es peor. Lo que pasa es que básicamente cumple con los dos ingredientes de la fórmula mágica: espectacularidad visual (sin duda revolucionó los efectos especiales de la época, sumado a una estética atractiva y a un movimiento de cámaras inédito hasta ese momento ) y una narrativa simple, probada y predecible: la del arquetipo del Viaje del Héroe - sistematizado por el antropólogo Joseph Campbell - que ha sido usada y abusada en la todas las películas que mencioné y en miles de más, pero esta vez ambientada en lo que fue la "utopía vivida" de los años noventa, donde un mundo tecnologizado, cibernético, ordenado y controlado por sistemas artificiales era la incipiente novedad y la probabilidad más cercana y hasta deseada. Los riesgos que presentaba para la humanidad un mundo dominado por las computadoras, la inteligencia artificial y toda clase de chatarra, ya habían entrado al inconciente colectivo con las películas como 2001: Odisea en el Espacio, Blade Runner, la saga Terminator y su secuela, y varias otras. Así, Matrix aprovechó esta tradición, y en conjunto con el contexto social y tecnológico propicio que las otras películas no tenían (¡las máquinas ya estaban dentro de nuestros hogares!) consolidó su éxito.

Pero a pesar de estas particularidades, la historia del Neo y su viaje iniciático no tiene nada que envidiarle a la de Luke Skywalker, o la última cruzada de Henry Jones Jr., pues no difiere casi en nada de arquetipo del héroe presente en cualquiera de estas y otras cintas. A lo que voy, es que no tiene nada de original. Pues de acuerdo al patrón narrativo de Campbell, en todas se repiten los siguientes estadios:

1. Mundo ordinario - El mundo normal del héroe antes de que la historia comience. (Neo en su pega y su aburrida vida - lo mismo para Luke - y los días académicos de Dr. Jones )

2. El llamado de la aventura - Al héroe se le presenta un problema, desafío o aventura. (El llamado de Morphues y Trinity - el mensaje de auxilio de Leia - las pistas del Grial halladas en Medio Oriente)

3. Reticencia del héroe o rechazo del llamado - El héroe rechaza el desafío o aventura, principalmente por miedo al cambio. (Neo se niega a acudir al llamado por miedo a los agentes - Luke teme por los problemas que pueda ocasionar con su Tío - Indiana argumenta que el Grial no es una de sus aficiones)

4. Encuentro con el mentor o ayuda sobrenatural - El héroe encuentra un mentor que lo hace aceptar el llamado y lo informa y entrena para su aventura o desafío. (Morpheus para Neo - Obi-Wan para Luke - Henry Jones Sr. para Indiana)

5. Cruce del primer umbral - El héroe abandona el mundo ordinario para entrar en el mundo especial o mágico. ( Neo se desconecta de la Matrix - Luke viaja a Mos Eisley con Obi Wan - Indy descubre la tumba del Caballero en Venecia)

6. Pruebas, aliados y enemigos - El héroe se enfrenta a pruebas, encuentra aliados y confronta enemigos, de forma que aprende las reglas del mundo especial. (El entrenamiento de Neo en los programas controlados - Luke y el conflicto en la cantina, conoce a Han Solo y parten rumbo al Espacio - Indy contra los guardianes del Grial y contra los Nazis)

7. Acercamiento - El héroe tiene éxitos durante las pruebas. (Neo se desenvuelve bien en la Matrix - Luke rescata a la princesa - Indy rescata a su padre y recupera el Diario del Grial)

8. Prueba difícil o traumática - La crisis más grande de la aventura, de vida o muerte. (Neo se siente culpable del rapto de Morpheus y va a su rescate - Luke presencia la muerte de Obi-Wan y escapa de la Estrella de la Muerte - Indy debe rescatar a su padre atrapado en la "panza de la bestia de metal"

9. Recompensa - El héroe se ha enfrentado a la muerte, se sobrepone a su miedo y ahora gana una recompensa. (Con el rescate de Morpheus, Neo aprende nuevas habilidades - Luke puede escuchar el espíritu de Obi-Wan - Después de casi morir, Indy entiende que a pesar de todo es importante para su padre)

10. El camino de vuelta - El héroe debe volver al mundo ordinario. (Neo debe escapar de los agentes que lo siguen y salir de la Matrix al mundo real - Luke llega a la base rebelde y se encuentra con caras conocidas de su planeta - Indy se salta este paso)

11. Resurrección del héroe - Otra prueba donde el héroe enfrenta la muerte y debe usar todo lo aprendido. (Neo muere y resucita, se convence de que es el Elegido y usa este conocimiento para acabar con los agentes de la Matrix - Luke aprende a controlar la Fuerza y usa este conocimiento para destruir la Estrella de la Muerte - Indy usa su conocimiento para pasar las 3 pruebas y llegar hasta el Grial correcto y así salvar la vida de su padre)

12. Regreso con el elixir - El héroe regresa a casa con el elixir y lo usa para ayudar a todos en el mundo ordinario. (Neo es ahora el Elegido y amenaza con el fin de la Matrix - Luke es premiado y se une oficialmente a la Alianza Rebelde - Indy cura a su padre, alcanza cierta sabiduría y todos regresan tranquilos a casa)

Como se puede ver, de las tres películas que use como ejemplos, Matrix es la que más calza en estos patrones.

Es aquí donde propongo mi Hipótesis 2:

A diferencia de las secuelas de las otras trilogías, que siguen un patrón similar con leves modificaciones, Matrix Reloaded y Revolutions hacen algo inédito (y lo que las hace mejor que su predecesora, y a la vez justifican el por qué de tanto apego estrecho de ésta a los patrones comunes): rompen con los esquemas convencionales y cuestionan al propio Arquetipo, al mismo viaje iniciático e incluso al Héroe en sí y su rol en toda la historia. En otras palabras, Neo descubre en su propio universo lo que ya sabemos en el mundo real-real: que el Viaje del Héroe , su propia condición, no es más con otra sofisticada estructura que se repite una y otra vez con el fin de controlar, no dar paso al cambio, y naturalizar la rutina para alcanzar el éxito seguro. En nuestro mundo esto sería el éxito comercial de una película, y en el mundo de Neo sería el éxito del control de la Matrix por sobre los humanos.

Pronto, el desenlace argumentativo de esta descabellada hipótesis mía...