Hay veces en que las personas de la Tevé, al verse en una posición comunicativa-social privilegiada, donde sus opiniones se presentan a sí mismas como los hechos irrefutables, y se legitiman por lo tanto como la realidad misma, caen bajo una arrogante ceguera ideológica disfrazada de objetividad periodística (o sociológica para el chascón pedante de esta pandilla). Pero en este caso, hace algunos domingos para algunos panelistas del programa Tolerancia Cero de Chilevisión (el video está posteado más abajo), el tema les quedó grande. Como poncho. Se acostumbraron a conversar con personajes su misma especie, con los mismos recursos discursivos y un "sentido común" bien común pertenecientes a los lugares comunes. Pero en lo que se refiere al denominado conflicto mapuche (en realidad, la mayoría de los conflictos sociales y culturales tienen su genésis y apocalipsis en el estado, pero bueno) se toparon con una campo de análisis nuevo, y les dio miedo cruzar ese campo: la generalización descontextualizada chocó con la particularidad del contexto, y ante ello, ante el temor a lo des-conocido (y por lo tanto peligroso, y si son ideas-otras más aún) no cabe más que negar, ironizar y negar nuevamente. La honestidad de reconocer la propia ignorancia parcial (tampoco son tan tontos) o ciertos sesgos y errores cometidos en un análisis no parecen ser aquí un ingrediente del debate. No. Aquí se viene a meter a la fuerza los datos del invitado al análisis del anfitrión-opinólogo. Todo tiene que encajar. Y si no lo hace, pues algo malo hay en el invitado. No puede ser de otra forma. Ellos encarnan la realidad. Y punto.
Lo interesante del episodio, es que ejemplifica cual es el obstáculo en el que radica el abordar el conflicto mapuche, ya sea desde lo jurídico, lo moral, lo científico o lo que sea: el no entender que los fenómenos sociales ante todo son históricos, particulares, locales, coyunturales. De lo que se desprende que su análisis debería ir en la misma línea, o por lo menos considerándolos como parte de los principales factores. Y quizás en estas características de lo social radica las tendencias a la descolonización y autonomía de los distintos pueblos del mundo desde la caída del Antiguo Régimen (que mejor que estas fechas como recordatorio). Porque así como las sociedades que aún siguen encerradas en la soberanía de los estado-nación, hasta la última muñeca de la matrioska querría ser libre y dejar de estar contenida e invisibilizada en las otras: solo quiere ser ella misma, independiente e igual a las otras. Por lo tanto diagnosticar desde las torres de vigilancia del Estado (la mayúscula no es casual; es el monstruo bíblico por excelencia, naturalizado y naturalizador) con herramientas de análisis adaptadas para la auto-referencialidad es un absurdo.La muñeca grande de la estado-matrioska naturaliza su contenido y generaliza sus problemas en tanto ella misma y a la amenaza a su propia reproducción, jamás como síntomas particulares y contextualizados a las muñecas que contiene y que buscan salir. Pero bueno, hasta esta metáfora le sacaría una carcajada rabiosa al "realista" de Villegas. "Las matrioskas abundan en casas de reaccionarios" sería probablemente su elusiva sentencia.
En fin, esperemos que persista el debate sincero para la acción emancipadora y no el prejuicio dogmático institucionalizado para la conservación represora.
Aquí el video en cuestión para que revise y de paso entienda algo de lo quize decir. Y si tiene una matrioska en casa... ¡desármela desde ya!
Salud.
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