21 de mayo de 2012
9 de mayo de 2012
8 tesis sobre la constitución biopolítica del género y su relación con el deseo.
"Si desearan el mundo que investigan, los filósofos temerían perder de vista el patrón, la coherencia, la verdad generalizada y regular. Por eso el deseo fue muchas veces el lugar de la desesperación, de falta de orden, de náusea necesaria del apetito, y considerado peligroso. El deseo humano expresa la relación del sujeto con aquello que él no es, con lo diferente, lo extraño, nuevo y esperado. La satisfacción del deseo es la transformación de la diferencia en identidad". Judith Butler, Sujetos del deseo.
"Lo difícil no es conseguir lo que se desea, lo difícil es desear"
Gilles Deleuze.
1.- Todo cuerpo sufre violencia social desde su génesis. La
infancia es, por definición, el estado de mayor vulnerabilidad cognitiva,
afectiva y política de un ser.
a. Las palabras son residuos de la experiencia para el
emisor, y violencia de sentido para todo receptor nuevo, tejen imágenes-juicios-actos
desde la asimetría de vivencias.
2.- El deseo es el estado abierto a lo otro que emerge sobre
un cuerpo. Deseo es producción y búsqueda. Todo cuerpo que tiene cerrados sus
procesos de deseo es un cuerpo derrotado por una identidad.
3.- Por identidad sexual entendemos la consolidación de un
estado de cosas que deja de ingresar y combinar elementos para su operar
práctico. La identidad es un proceso dinámico que se debate entre la
estabilidad/inestabilidad vital de un cuerpo mediado por la cultura.
a. Hay
distintos grados de identidad, las más básicas tienden al absolutismo en
contextos de alta complejidad, como a distintas formas de violencia simbólica:
racismo, homofobia, transfobia, xenofobia, clasismo, etc.
4.- Las conexiones ritmadas por el deseo “aumentan” cualitativa y
cuantitativamente el número de relaciones disponibles para un cuerpo, por
tanto, aumenta la obligación política de tomar decisiones sobre las variables
que “perturban” las estructuras de la identidad.
5.- Toda institución social fabrica identidades para regular
el peligroso estado de apertura que se desata con el deseo. La Familia, la Iglesia,
el Estado fomentan y naturalizan “identidades” que vuelven predecible al mundo.
6.- Toda anticipación al futuro demanda una disminución de
la incertidumbre. La ciencia, el derecho y las normas sociales básicas crean
certidumbres de naturaleza y de derecho como condición de posibilidad de un
acuerdo básico para la creación de sociedad.
7.- Toda tecnología emana de un campo teórico ya
cicatrizado. Es consenso puro.
a. Las tecnologías del género son: la masculinidad y la
femineidad.
b. La constitución de naturalezas es el cierre de la
política.
c. Para el campo de la ciencia toda política
de la naturaleza es un atentado a los estatutos
de la comunidad científica.
8.- Más allá de la identidad se desliza la comunidad.
6 de mayo de 2012
En 1982 debuta la primera entrega documental de lo que se
nombrará como la Trilogía Qatsi. Koyaanisqatsi es palabra del pueblo indígena Hopi
de la meseta central norteamericana que utilizaban para nombrar a la “vida fuera del equilibrio”. El mismo documental ofrece otras acepciones:
1. Vida
loca.
2. Vida en
tumulto.
3. Vida en
desintegración.
4. Vida
desequilibrada.
5. Una
condición de vida que clama por otra manera de vivir.
Tiene la enorme virtud (o defecto para los que se encuentran
acostumbrados al uso obligado de la palabra) de carecer de relato que guíe la
significación de las imágenes. El documental es un homenaje a la contemplación,
caída en desuso en la vorágine del movimiento moderno y obliga al observador a
formular su propia descripción de lo que contempla sin intermediarios.
Leo por internet que el director Godfrey Reggio justifica la
ausencia de palabra con la siguiente frase: "No se trata de falta de
amor por el lenguaje por lo que estas películas no tienen palabras. Es porque,
desde mi punto de vista, nuestro lenguaje está en un estado de gran
humillación. Ya no describe el mundo en el que vivimos".
El lenguaje y el poder,
dos elementos que se entrecruzan y que constituyen el fundamento contemporáneo
de toda una crítica de los grupos subalternos al poder de los medios masivos de
comunicación que disminuyen al máximo todo poder de contemplación, ya que se
encargan de producir y entregar paquetes de interpretación que sólo requieren
la cómoda observación de los individuos en sus casas para su consumo
instantáneo. Echando mano a la antropología política recordamos a Pierre
Clastres y a Maurice Godelier, ambos ponen énfasis en que el dominio de la
palabra es precondición de toda dominación.
En la actualidad, un político es reconocido y celebrado por su capacidad para dominar la palabra, de hecho sus actuaciones públicas, el uso de discursos, la tranquilidad frente a la crítica de un periodista u otro político, demuestran que el acto de dominar la palabra es un principio de organización social, como también de saber hacerse un lugar en el poder.
En la actualidad, un político es reconocido y celebrado por su capacidad para dominar la palabra, de hecho sus actuaciones públicas, el uso de discursos, la tranquilidad frente a la crítica de un periodista u otro político, demuestran que el acto de dominar la palabra es un principio de organización social, como también de saber hacerse un lugar en el poder.
Si nos adentramos
en la cultura mística de oriente, observamos que el silencio y la potencia de la
contemplación sin interferencia del lenguaje, por tanto, de juicios, ocupan el
lugar más elevado de múltiples variaciones religiosas del budismo o el
hinduismo. De hecho el séptimo chakra de la coronilla no es accesible o “destapado”
por el poder de combinación de palabra y sonido alguno. Es el resultado de lo
que se conoce como la apertura al silencio. Heidegger hablaba de que al Ser se le oía en el silencio absoluto.
Y sin embargo el
documental no renuncia a la música, compuesta por Phillip Glass se abre a la
fuerza polifónica de coros acompañados por instrumentos y melódicas
retumbantes, muy parecidas a la vibraciones mántricas exigidas en las
entonaciones meditativas del budismo para el despertar del cuerpo.
El oriente y el
indigenismo místico que contiene éste documental acondicionado por la
mistificación propia de occidente, son quizá uno de los productos más tempranos
(en el área cinematográfica) de elaboraciones que buscan dar cuenta de la
violencia cultural para con toda la naturaleza que exige el desarrollo del
sistema económico occidental.
La trilogía tendrá
dos volúmenes más: Powaaqatsi (1988) que significa algo así como “vida en
transformación”, pero en su sentido crítico, en donde una forma de vida
organizada como sistema –¿la economía, la sociedad?- se toman las fuerzas
vitales de los individuos para su propio funcionamiento, reduciendo los cuerpos
al estado de cansancio, letargo y tristeza. En el documental: “una entidad, un
modo de vida que consume las fuerzas vitales de otros seres para favorecer su
propia vida”.
La última es de
2002 Naqoyqatsi que significa vida en guerra.
A inicios de los 90’s
se filmará la reconocida versión de Ron Fricke de Baraka (aliento de vida) que
utiliza los mismos medios para articular una visión transversal de la
naturaleza y su asociación implícita con la religión y los rituales que median la
relación del hombre con el cosmos, la divinidad y el cambio permanente. Los cuatro documentales (la trilogía + Baraka) introducen en el mirar sin palabra, y creo que éste último logra captar la relación humana con la divinidad mejor que cualquier ensayo de interpretación religiosa.
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